El origen exacto de esta forma de baile es motivo de constante debate. Se cree que desciende de las danzas del antiguo Egipto, que tal vez procede de algún baile religioso que practicaban las sacerdotisas en los templos o que era un baile relacionado a la fecundidad y el alumbramiento. Como sea: con siglos de historia encima, más de alguna curiosidad lo rodea.

Múltiples nombres
Cuando los franceses vieron este baile por primera vez lo llamaron “dance du ventre” (danza del estómago). En Grecia se le conoce como “cifte telli”. En Turquía es “rakasse” y en Egipto “raks sharki” (danza del oriente). En Medio Oriente se hace mucho esta distinción para separarla del baladi, ritmo tan folclórico como cualquier cueca chilena. En Estados Unidos la llamaron “belly dance” a raíz del nombre dado por los franceses anteriormente y desde ahí se popularizó al mundo occidental.

Siempre se la ha asociado a elementos que pueden ir desde religioso hasta lo erótico. Esta ambigüedad ha causado que la danza árabe sea desdeñada, despreciada pero también amada por muchos.
Tan antigua como la humanidad
Prácticamente cada actitud y gesto que nosotros observamos ahora en una bailarina de danza árabe está representada en antiguas paredes y monumentos egipcios. Tiene más de 4 mil años de existencia.

Los movimientos
La danza oriental está hecha para el cuerpo femenino, con un énfasis especial en los músculos abdominales y movimientos de pecho y caderas. La danza es firme, con los brazos al frente en arco y hacia arriba, lo cual acentúa el talle de la mujer. Se danza con manos y brazos ondulantes que a veces se entrecruzan, y con los pies descalzos. Se caracteriza por sus movimientos suaves, fluidos y complejos. Las bailarinas orientales son consideradas diferentes porque ellas hacen “danzas de músculos”, en oposición a los bailes europeos del tipo “paso”.

Los implementos
Es frecuente el uso de otros apoyos tales como espadas, velos, candelabros y otros (hasta algún tipo de serpiente). Estos elementos tenían una función mágica y protectora en épocas primitivas y que aún pueden encontrarse en las danzas folclóricas de los países del Medio Oriente.

Las monedas
Originalmente el pañuelo no llevaba monedas, era una simple pieza de tela, generalmente de algodón, que tenía la misión de destacar los ondulantes movimientos de la danza. Dada la costumbre de recompensar a la bailarina arrojando monedas a sus pies, se vio obligada a poner a resguardo su paga cosiendo las monedas a su pañuelo para protegerlas y usarlas como adorno. Así surgió la tradición de poner dinero entre las prendas del traje de la odalisca, especialmente en la cadera.

Los hombres, ¿bailan?
Las bailarinas del vientre al estilo que hoy se conoce aparecieron hace poco más de un siglo, durante la colonización inglesa de Egipto. Antes de esa época, era normal que los hombres bailaran, tanto aficionados como profesionales. Estos disminuyeron de número tras la colonización británica, que llevó a que países como Turquía rechazara sus propias costumbres. De hecho, en los años 20 se prohibió el uso de velo y de ropa oriental en este país y la escritura árabe se sustituyó por el abecedario occidental. También se prohibió la danza profesional masculina

Tras la desocupación británica, continuó esta occidentalización. Aún así, hasta hoy trascienden los bailarines masculinos, pero quizás con menos presencia que sus pares femeninas.