Nació en 1496 en Tenochtitlan. Fue hijo de Ahuízotl y la princesa chontal Cuauyautitlali. Otras versiones dicen que nació en 1502, y que su madre fue la princesa tlatelolca Tlilalcápatl. Murió en Izáncanac el 26 de febrero de 1525 (el Calendario Cívico oficial registra como día del fallecimiento el 27 de febrero). Su nombre, de origen náhuatl, está formado por cuauhtli, águila, y témoc, que baja. El águila representa al sol, deidad que, cuando llega al cenit, comienza su descenso al poniente. Ahuízotl murió en 1502, año en 10.
Toxtli; la madre se encargó de educarlo a partir de esa fecha. En el Códice Mendocino se describe el proceso educativo de un príncipe azteca que es duro y altamente disciplinado; devoción a los dioses a la obediencia, al sufrimiento y al valor. A los 15 años Cuahutémoc estaba en el Calmécac. Conoció los secretos de su religión, de la astronomía, de la ciencia, del calendario y las reglas de la guerra. No se anotan, con certeza, las batallas en que haya participado para lograr el grado de tlacatecuhtli, oficial militar de alto rango, pero se cree que estuvo en las conquistas del sur y en las guerras floridas de Tlaxcala.
La gran coincidencia histórica y legendaria sucedió en el año 1. Ácatl, 1519, cuando Hernán Cortés desembarca en Veracruz y se cumple la profecía del regreso de Quetzatcóatl. Moctezuma II queda ciegamente convencido de ello y entrega la ciudad de Tenochtitlan a los recién llegados, viendo en ellos a los personajes genuinos de la leyenda que decía: Volverá Quetzalcóatl acompañado; vendrá por el mar de oriente, acompañado de hombres blancos y barbados.
Cuauhtémoc y Cuitláhuac no creyeron que los españoles encarnaban a la divinidad y contradicen a su emperador, a quien aquéllos ya habían tomado como rehén. Ante la rebeldía de los aztecas, Cortés ordena encadenar a su prisionero, apresar a Cacama y a Cuitláhuac, y quemar vivo a Cuauhpopoca; saquearon los templos y palacios, derribando monumentos y las efigies de los dioses.
El 20 de mayo Hernán Cortés sale al encuentro de Pánfilo de Narváez a Veracruz y deja el mando de sus huestes a Pedro de Alvarado, quien en junio ataca por cuenta propia a jefes y nobles mexicas que se habían reunido en el Templo Mayor a deliberar. Eso motivó que se diera la más cruenta matanza de indígenas, provocando la ira natural y la reacción popular.
Cuauhtémoc se puso al frente y sus hombres arremetieron sin temor a los españoles; los coparon en su cuartel y les cortaron las provisiones. En una avanzada desde Tlatelolco arrollaron a Ordaz, quien trataba de detenerlos con 400 arcabuceros y ballesteros a su mando. Incluso la tropa de Cortés, que estaba regresando, fue dispersada por la carga de atacantes.
Cortés obligó a Moctezuma a que arengara a sus súbditos para que depusieran las armas. Cuauhtémoc responde de entre la multitud, desoyendo a Moctezuma, y desconociendo su autoridad ante notoria cobardía; le tira una piedra, tras la que siguieron muchas más; una lo hiere. Eso cierra el capítulo de Moctezuma y su participación en la historia de México.
Ante situación tan difícil los españoles deciden dejar la ciudad y tratan de escapar a medianoche. Pero fueron descubiertos y batidos entre Acalotlipan, hoy puente de Alvarado, y Popotla. Esto sucede en la Noche Triste, amargamente llorada por Hernán Cortés, que, derrotado, sigue en la huida y se refugia en Tlaxcala. Cuitláhuac es ascendido al trono el 7 de septiembre, a los 80 días de duelo por Moctezuma, de acuerdo a sus tradiciones. El 25 de noviembre fallece atacado por la peste de viruela trasmitida por un soldado negro de Narváez.
Cuauhtémoc sigue como señor de Tlatelolco y se pone al frente de los ejércitos mexicas. Sube al trono hasta enero del siguiente año, cumpliendo también con el rito a los monarcas fallecidos. Es el término del año indígena, durante los nemonteni, o cinco días aciagos. Para entonces ya era Caballero Águila y sacerdote al culto del dios Huitzilopochtli.
Cortés inició los preparativos para sitiar Tenochtitlan, construyó en Tlaxcala bergantines que transportaron por partes al lago de Texcoco para armarlos luego y echarlos a la vela. Cuauhtémoc también se preparaba, ofreció a sus súbditos quitar los pagos tributarios, trasladó a los niños, ancianos y enfermos a lugar seguro, organizó al ejército y orientó al pueblo, fortificó la plaza, destruyó puentes no estratégicos y armó cinco mil barcas de ataque.
Cortés, con la ventaja de sus bergantines y numerosos aliados, a fuego de cañón directo destruyó con facilidad las defensas; cortó el suministro de agua y puso sitio a la ciudad, que soportaba el acoso de la artillería y la caballería españolas. La defensa se prolongó durante 75 días. El sitio se realizó del 30 de mayo al 13 de agosto de 1521. En el mes de junio Cortés tomó por poco tiempo el Templo Mayor, del que fue desalojado. Pese a las múltiples propuestas españolas de rendición, no fueron aceptadas.
El último bastión conservado fue Tlatelolco. Allí permanecían los postreros defensores con vida, sin armas y sin alimento. El 13 de agosto, Cuauhtémoc, con el deseo de poner a salvo a su familia, utilizó una canoa que cayó en manos de García Olguín, quien lo lleva ante Cortés, para oír que le dijo: “Toma ese puñal que llevas al cinto y mátame con él”.
Estando prisionero en Coyoacán el tesorero Alderete trató, por medio de tormento, de obligarlo a que dijera dónde tenía escondido el tesoro de Moctezuma, que ellos habían admirado en el palacio de Atzayácatl.
Le quemaron los pies con aceite hirviendo, al igual que al señor de Tacuba, a quien dijo, al verlo flaquear: “¿Acaso estoy en un lecho de rosas?” Quedaron ambos inválidos. El tesoro jamás ha sido encontrado, si es que existió. Sólo tejos de oro hallaron al hacer las actuales excavaciones a un costado de la Alameda Central de la capital de la República para construir el edificio del Banco de México. En esa zona se iniciaron los episodios de la Noche Triste.
Tras sufrir el tormento, Cuauhtémoc fue obligado a fungir como funcionario judicial, administrativo y recaudador de impuestos, lapso que comprendió de 1522 a 1524. Al saberse de la sublevación de la expedición española a las Hibueras, Cortés partió a someterla en 1524. Fue cuando se rumoró con insistencia que los indígenas hacían preparativos para rescatar a su rey. Eso motivó que lo llevara consigo.
Al sospechar que en el camino iban a ser asaltados para liberar al cautivo, Cortés tomó la determinación de matarlo, ahorcándolo. Murió en la misma forma el señor de Texcoco, Cohuanacoxtzin, que iba en la comitiva, de acuerdo con la lámina CXXXV del Códice Mendocino.
Según los estudios y descubrimientos realizados por la arqueóloga Eulalia Guzmán Barrón, coincidiendo con el Primer Centenario de la Erección del Estado de Guerrero, declara en 1949 que fueron encontrados los restos del Emperador Cuauhtémoc, sepultados bajo el altar mayor de la iglesia de Ixcateopan. Este descubrimiento ha venido a despertar el interés por investigar con mayor profundidad la vida de nuestro “Joven Abuelo”.