Detrás de los grandes monopolios artísticos y de esta industria cultural que monopoliza los medios de producción artística para alienar a la sociedad son sus falsos estereotipos de belleza y conducta social, existen quienes contra todo pronóstico y bajo circunstancias culturales y económicas adversas trabajan tenazmente para entregar a la humanidad una opinión verás y quizá cruda pero verídica de la problemática y complejidad social en la que vivimos, y de este modo tener una mejor visual de nuestro entorno.
¿Qué es el teatro alternativo?
El teatro alternativo nace de una necesidad de expresión, crítica y experimental alterna a la conocida y estereotipada actividad teatral clásica que desafortunadamente en algunos casos está supeditada a intereses, tabúes y restricciones externas que impiden un libre desarrollo creativo del dramaturgo e impiden que éste exprese libremente lo que quiere dar a entender de un modo espontáneo creativo y sin temor alguno. Podría decirse que el teatro alternativo es una especie de despertar que se da con mayor fuerza en el transcurso del siglo XX hasta nuestros días y por más que se intente restarle importancia mantiene un constante crecimiento día tras día.
¿Por qué es tan difícil llevar a cabo esta clase de teatro?
El teatro alternativo el ser una propuesta que en cierto modo protesta y critica duramente los regímenes impuestos y los comportamientos lesivos contra la igualdad y equidad social, es en definitiva, un blanco de todo tipo de críticas, censuras y hasta amenazas que lesionan y entorpecen su libre desarrollo y evolución. Aún así logra mantenerse y tomar más fuerza conforme existan espíritus sedientos de aportar a través de sus piezas teatrales una opción distinta y una visión paralela y porque no, justa y con criterio y argumentos de peso en contra del “caos” existente, la politiquería, la inequidad social, cultural y racial y un largo etc. que con el pasar del tiempo tiende a ser cada vez más complejo y perjudicial para la sociedad actual en la que nos desenvolvemos y de la que inevitablemente hacemos parte tanto para criticar como para proponer, siempre con el ánimo de generar algo de conciencia social, en lo posible.
Pero ¿y qué saco con ir a ver teatro alternativo?
Uno de los más grandes objetivos del teatro alternativo es definitivamente transformar paradigmas, despertar el espíritu creativo, contrastar situaciones y problemáticas y enfrentar al observador para que dude indague y reflexione sobre lo que ve y lo que vive en su diario vivir. Una analogía que me parece interesante al comparar el teatro alternativo con algunas piezas teatrales comerciales, es el siguiente: ver teatro alternativo es como tomarse un delicioso, espeso y nutritivo jugo de cualquier fruta recién sacada del huerto, mientras que ver teatro comercial sería como tomarse una Coca-cola en un kiosco cualquiera, de prisa y sin detenerse a disfrutar sabor alguno.
Una de las frases más conocidas contra Broadway (Un gran símbolo del teatro a nivel mundial) es la que promulgó Julian Beck a modo de grito de guerra contra estos monopolios y mercaderes del arte: “No me gusta el teatro de Broadway porque no sabe como decir hola. El tono de voz es falso, los gestos son falsos, el sexo es falso, ideal, el mundo de Hollywood con su perfección, su imagen nítida, la ropa bien planchada, el ano bien fregado, inodoro, inhumano, del actor de Hollywood, de la estrella de Broadway. Y la terrible y falsa suciedad de Broadway, los bajos fondos en los que se intenta imitar la suciedad.”