El Parlamento de Uruguay actuó de solemne escenario del último capitulo escrito por uno de los autores más celebres del país sudamericano, que con 74 años falleció el lunes tras seis décadas de trayectoria y considerado uno de los escritores más influyentes y comprometidos de la literatura latinoamericana.
También fue periodista, y deja para la humanidad “un montón de historias lindas”, declaró a Efe Valentina, sobrina del autor, una de losnumerosos familiares que permanecieron con emoción junto al féretro, recibiendo los incontables gestos de cariño de los amigos de Galeano y de personas identificadas con sus relatos.
“Comparto la afirmación de que era la reserva moral de la izquierda. Estoy de acuerdo. Y no creo que esté agotada, sino que era un representante de ésta”, declaró Serrat a la prensa sobre su amigo personal desde hace décadas y tras viajar desde Salta (Argentina), donde cantó el lunes. “Siento mucho no poder volver a tomar vino con él, ni charlar de cosas cotidianas, ni hablar de fútbol, de literatura o política, pero agradezco a la vida los años que me ha permitido hacerlo”, agregó el cantautor, quien definió a Galeano como un “gran referente” con ideas “muy claras pero no ortodoxas”.
España estuvo presente con la visita de su embajador, Roberto Varela, y Argentina lo hizo a través de su ministra de Cultura, Teresa Parodi.
“Galeano ha sido un espejo donde nos miramos y donde vamos a seguir mirándonos por siempre. Nos vamos a seguir tuteando con él. Es imposible pensar de otra manera una relación con alguien tan importante”, destacó Parodi.
Por contra, desde Lima, el escritor peruano Mario Vargas Llosa dijo que “sus ideas políticas son muy distintas” a las de Galeano y que estaban “prácticamente en las antípodas”, aunque agregó que “eso no me impide reconocer que tenía una formación intelectual de muy alto nivel”.
Galeano, autor en 1971 de ‘Las venas abiertas de América Latina’, uno de los libros más vendidos del continente, nació en Montevideo en 1940 y falleció este lunes en un hospital de la capital uruguaya debido a un cáncer de pulmón que sufría desde hace años. Este miércoles sus restos mortales serán incinerados en Montevideo.
“Siento un profundo respeto y no estar aquí sería un pecado”, dijo a Efe Estrella, antigua vecina del literato y la primera ciudadana en acceder al Salón de los Pasos Perdidos, en el que durante siete horas se velaron sus restos. Para ella, Galeano “trataba de vivir en forma silenciosa para con todo el mundo” y era “un galán, todo un caballero”, que será recordado por la generación que le tocó vivir y por lo que escribió.
El coche fúnebre fue recibido por la Guardia de Honor de un batallón de infantería, que escoltó el féretro de Galeano hasta el centro del salón, donde a los pocos minutos ya reposaba cubierto por una bandera de Uruguay y rodeado de coronas de flores del Gobierno argentino, del venezolano o de la embajada española.
“Nos ayudó a pensar a mi generación. Nos abrió los ojos. Nos hizo saber y entender la injusticia del continente y del mundo y a ponernos del lado de los oprimidos”, declaró entre lágrimas Jorge, otro ciudadano uruguayo, tras acceder a la capilla ardiente.
También los principales representantes del Gobierno uruguayo, encabezados por el presidente Tabaré Vázquez, fueron pasando a velar el féretro y saludar con cariño a los familiares. “Él ha sido un claro expositor de la cruda realidad de nuestra América Latina, tan heterogénea, uno de los subcontinentes más ricos del mundo, pero donde la pobreza y desigualdad social son enormes, y el fue un gladiador para ponerle voz a los más humildes que no tenían voz”, destacó el mandatario uruguayo. En su opinión, Galeano “escribió como vivió y vivió como escribió”, y deja “una lección de vida, de ética y de coherencia enormes”.
La Cámara de Senadores guardó un minuto de silencio por el fallecido escritor. Una figura del deporte como el ex jugador argentino Diego Armando Maradona expresó su pesar desde el país vecino para dar las gracias a Galeano por sus enseñanzas, entre ellas la de haberle enseñado “a leer el fútbol”.
Numerosos jóvenes y mayores, con flores y cartas, acompañaron esta emotiva jornada. Isabel, una joven mexicana que vive en Uruguay por un intercambio, depositó junto al féretro una bandera de su país con una popular frase del escritor. “No hay que estar tristes. A él no le gustaría que estuviéramos así. Nos ha cambiado la vida a muchos. En lo personal, a mí con sus frases y con el apoyo que ha tenido a nuestro Estado”, explicó.
Al finalizar el velatorio, el público que aún permanecía en el Salón de los Pasos Perdidos despidió al escritor con aplausos.