La danza de los Chinelos inicia en 1807 en el pueblo morelense de Tlayacapan.
La versión más difundida sobre su origen hace referencia a las rencillas que existían entre españoles e indígenas por la exclusión de estos últimos en la festividad de Carnaval. En respuesta a este rechazo, los jóvenes indígenas comenzaron a disfrazarse cubriendo su rostro y vistiendo ropa vieja de distintos colores para imitar y hacer burla de las fiestas de carnaval organizadas por los españoles.
Con el paso del tiempo, el atuendo original del Chinelo se vio enriquecido con diversos detalles estéticos; fue así como se comenzaron a utilizar máscaras de madera alusivas a al rostro de los colonizadores españoles para intensificar la sátira indígena.
Llegada la temporada de carnavales en el estado de Morelos, las calles se convierten en multicolor y con vestimentas llamativas haciendo el famoso “Brinco del Chinelo”.