Frente a la violencia y el ninguneo que ha vivido, y vive, la mujer, la pintora Sofía Echeverri prefiere mostrar un mundo en el que se le reconoce como parte activa de la sociedad, como un ser humano completo a la par de un varón.
Mecanismo del cosmos, exposición de la artista tapatía abierta el pasado 3 de septiembre en el Museo de la Ciudad de México, hace varios señalamientos al respecto en las series: Mecanismo del cosmos, Arqueología secreta y Señoras del saber. Se trata de 10 pinturas al acrílico y una instalación sonora consistente en 10 esculturas. Hay dos cuadros de 2018 y el resto de la obra es de 2019 y 2020.
La búsqueda de Echeverri tiene una base arqueológica y de las culturas originarias, aunque a final de cuentas es un arte feminista, de protesta. “Me intereso por varios campos del conocimiento como la arqueología, la sociología y la antropología, sobre todo para entender cómo es que el varón se ha empoderado. Tomo estos símbolos para pasárselos a la mujer y al menos visualizarla –mediante su obra– empoderada, aunque en su parte más humana. Porque no se trata de crear ficciones de heroísmo falso, sino verla con el poder y la dignidad de un ser humano completo”, expresa la entrevistada.
Sin duda, la pieza más impactante es la instalación sonora Señoras del saber. Las 10 figuras, con cabeza de cerámica, cuerpo de textil reciclado y atributos de materiales naturales, representan igual número de “feminicidios que se perpetran todos los días en nuestro país, según cifras oficiales. Ahora, con la cuarentena, se dice que el número ha subido a 11 o 11.5”.
En San Pablito, Pahuatlán, Puebla, comunidad donde se produce el papel amate, “los curanderos cortan unas figuritas que llaman el señor del monte, de la cosecha, para simbólicamente darles el poder para hacer sus curaciones. Para la instalación las convierto en las señoras del universo, la protección, la luz, la salud, las profundidades, la identidad, la sangre, las sombras, entre otras, cada una con su atributo, ya sea plumas, ixtle, piel animal, ramas, crin y cola de caballo”.
Echeverri sonorizó la pieza con una versión muy particular de El violador eres tú, del colectivo chileno Las Tesis. Dio la canción a 10 mujeres hablantes de lenguas originarias para que la tradujeran a náhuatl, maya, tlapaneco, mazateco, chinanteco, zapoteco, mixteco, mixe, tzetlal y tzotzil. Hecha la traducción, la expositora les pidió hacer una grabación en la que recitaban las coplas.
Para Echeverri la recitación es como un ritual en el que “quiero abrir cuestionamientos hacía lo que perdemos cuando matan 10 mujeres al día, qué atributos tenían, por qué ya no están con nosotros. Es casi como si estuvieran aquí en una reunión. Señoras del saber es un monumento para ellas”.
La serie Arqueología secreta, de cinco pinturas, parte de piezas del México prehispánico en colecciones públicas y privadas cuyas fichas técnicas den un rango o rol específico a las figurillas masculinas, mientras que las femeninas se simplifican al estilo de “mujer sentada” o “mujer con abanico”. Echeverri las ha asignado profesiones o oficios. “Mujer con abrazos cruzados” se convierte en Consejera y “mujer con cántaro”, en La aguadora.
“No soy arqueóloga, sin embargo puedo ver lo que me dicen las piezas. Me pongo a pensar que la historia que nos han contado de nosotras mismas está llena de omisiones”, acota. La museografía de Arqueología secretahace que “la pintura salga del bastidor”, otra intención de su montaje.
La serie Mecanismo del cosmoscomprende Secreta revelación o la diabla descalza (2018), cuadro que dio pie a que Echevarri investigara sobre los rituales funerarios que “a nivel global están dirigidos por varones”.
Ésta exposición estaba programada dentro del programa Tiempo de mujeres, celebrado en marzo pasado. Debido a la pandemia por el Covid-19, la muestra tuvo que posponerse justo la víspera del inicio de la cuarentena. Mecanismo del cosmos permanecerá montada hasta marzo de 2021, en el Museo de la Ciudad de México, Pino Suárez 30, Centro Histórico.