El tiempo se detiene justo cuando un auto americano, proveniente de la década de los setenta, está a punto de entrar al agua luego de saltar por un barranco. Mientras el tiempo se detiene y el coche y el agua apenas se tocan, la gente sigue transitando por las calles que rodean al Museo Jumex. Y no, no es sueño, es la pieza del artista mexicano Gonzalo Lebrija: Breve historia del tiempo.
Lebrija nació en México en 1972. A lo largo de su carrera ha centrado su obra principalmente en la experiencia estética del tiempo. Por medio de video, instalación, fotografía y escultura y usualmente inmovilizando situaciones, procura entablar una conversación con la vida misma y su temporalidad. Su objetivo, crear una reflexión acerca de la fugacidad de la vida.
Como parte de la exposición Al filo de la navaja, la cual explora la fragilidad con la que vivimos en estos tiempos de contingencia mundial tras la pandemia de COVID-19, con obras de artistas nacionales e internacionales, la pieza titulada Breve historia del tiempo se une a la reflexión en la plaza principal del museo.
Esta pieza fue creada en 2008, cuando Gonzalo Lebrija decidió lanzar un auto a una laguna y documentarlo por medio de una cámara de alta velocidad con la que pudo sustraer el momento exacto en que el auto y el agua estaban apunto de tocarse. La serie de fotografías sustraídas de la documentación que se tituló Entre la vida y la muerte, se quedó no solo como reflexión del instante de las cosas, sino como apreciación de las diversas posibilidades del tiempo.
Esta acción se materializó en la escultura Breve historia del tiempo, la cual desafía a la gravedad y transmite la sensación de suspensión temporal al estar frente a ella. Una pieza que no puede pasar desapercibida en estos tiempos en los que pareciera que nuestra vida ha tenido una pausa significante tras la contingencia sanitaria que ha retado a la humanidad a replantear nuestra vida y la manera en la que interaccionamos con los demás.