El movimiento internacional “Mujeres de Negro” nació el 9 de enero de 1988 como resultado de la primera Intifada (revuelta) o “alzamiento de las piedras” palestina contra la ocupación israelita de la región. Cuando el ejército de Israel respondió a las pedradas con disparos, una docena de mujeres israelíes de Jerusalén, vestidas de negro salieron a manifestarse en el centro de esa ciudad contra la ocupación militar de los territorios palestinos. En sus imágenes, las televisoras mostraban a mujeres y niños palestinos sufriendo la represión: por ello, estas mujeres decidieron unirse y salieron a protestar contra su propio Gobierno. Sin embargo, su presencia llamó la atención y causó enojo a muchos ciudadanos israelíes. Convencidas de la justicia de su causa, ellas no se amedrentaron y convocaron a una vigilia cada viernes al mediodía. Su ejemplo fue imitado por otras mujeres israelíes que no se sentían identificadas con esa guerra. Así, cada viernes, durante ya más de 20 años, mujeres de diferentes ciudades de ese país se han unido a las manifestaciones bajo la consigna “Fin a la ocupación”.
Desde el principio fueron bautizadas como Women in Black, Mujeres de Negro, y sin saber el impacto que tendría, esto provoco que dieron a luz a un movimiento feminista, pacifista, antimilitarista aún presente y multiplicado por el planeta. En 1989, al año de su surgimiento y primera manifestación, las Mujeres de Negro, acompañadas por otras activistas europeas, hicieron una cadena humana alrededor del muro de Jerusalén para pedir la paz. Posteriormente, en 1991 otro grupo de mujeres, en esta ocasión londinenses, acuñaron el nombre de Women in Black y se manifestaron contra la Guerra del Golfo. Ese mismo año imitaron el esfuerzo de las mujeres yugoslavas que veían cómo su país se desintegraba, y un grupo de españolas se solidarizó con su causa, les brindó refugio y comenzó a visitarlas.
Ada Bilu, una veterana de la organización nacida en Jerusalén, mencionó que su motivación para concentrarse cada viernes es “recordar a la gente que existe un problema, que hay una ocupación, que nada ha cambiado y la situación sólo empeora. Esto es eso, un recordatorio”.
Desde aquel 9 de enero de 1988, mujeres pertenecientes a diversos movimientos antimilitaristas y feministas de países en conflicto bélico o solidarias con sociedades en esta situación, se han sumado a esta iniciativa hasta el punto de llegar a crear la Red Internacional de Mujeres de Negro contra la guerra, que en la actualidad reúne a un sinnúmero de organizaciones de mujeres alrededor de todo el mundo