Teatro en CDMX

Ya escuchaste de “Siete Veces Adiós”? Una historia es contada por “Lamore”, una personificación del amor que nos representa a todos, es quien narra nuestra historia haciendo la conexión entre la historia de amor y los músicos quienes se inspiran en esta pareja para crear sus canciones.

El texto emplea recursos narratúrgicos que funcionan hábilmente para condensar los siete años de relación de la pareja. Las escenas son cortas y fluyen gracias a los diálogos directos, coloquiales y alejados de las convenciones que marca el género melodrama. Lo anterior es de aplaudirse, el oído lo agradece y se evita que el montaje se llene de situaciones exacerbadas e ilógicas. Hay compromiso por parte de los dramaturgos, sobre todo muchas ganas por contar algo muy humano y sincero.

Te cuento un poco de la historia… Después de siete años de relación, la costumbre y el tedio han hecho de las suyas y “ella” le pide “un tiempo” a “él” para pensar las cosas. Durante esa pausa, al chico se le ocurre recurrir a los recuerdos de sus mejores momentos juntos con la intención de reavivar la llama y salvar su relación. La chica acepta el reto, él le irá entregando progresivamente siete sobres que incluyen situaciones en las que se vieron involucrados y que ahora, siendo dos personas totalmente diferentes, intentarán recrear con la esperanza de continuar como pareja.

La trama es sencilla y fácilmente podríamos recordar alguna de las anécdotas que aquí nos presentan en películas románticas, obras clásicas o en nuestra vida misma. El amor es el tema al que más recurrimos, el que más nos mueve, el que queremos seguir escuchando una y otra vez, aunque a veces duela un poco. Lo que hace diferente a Siete veces adiós de otras historias es la forma de presentarla, sin grandes complicaciones y con sólo tres personajes en escena: ella, él y Lamore (el amor).

En los musicales convencionales los protagonistas interpretan las canciones y hacen que la historia avance. Aquí cambia la cosa. En escena hay cuatro cantantes (arropados con unos músicos formidables) que acompañan todo el tiempo a los personajes: las canciones se convierten simbólicamente en los pensamientos y sentimientos de “ella” y “él”; existe la sensación de que los personajes pueden escuchar el soundtrack de su vida y así, todo el tiempo reaccionan visceralmente a la música creada por Alan Estrada, Jannette Chao y Vince Miranda.

ANÍMATE Y LLOREMOS JUNTOS EN ESTA MARAVILLOSA OBRA MUSICAL

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