Heyy, ¿cómo están? Les cuento que hace unos días me encontraba haciendo mi proyecto para la materia de la arquitecta Victoria (sí, ese que parece no tener fin). En un momento de distracción, admitámoslo, todos tenemos esos momentos en los que buscamos cualquier excusa para no hacer lo que deberíamos jajaja, me entró la curiosidad sobre el Premio Pritzker de este año.
El ganador del Premio Pritzker 2024
Así que me puse a investigar y resulta que el ganador de 2024 es Riken Yamamoto, un arquitecto japonés que no solo diseña edificios impresionantes, sino que también tiene una filosofía muy interesante sobre cómo la arquitectura puede conectar a las personas.
Su impacto más allá de la arquitectura
Lo que más me llamó la atención es que, después del terremoto y tsunami de Tōhoku en 2011, Yamamoto creó una organización para ayudar a reconstruir comunidades a través de la arquitectura. También fundó un premio para jóvenes arquitectos que quieran seguir esta línea de trabajo. No solo habla bonito, sino que realmente está haciendo algo por cambiar la forma en que diseñamos nuestras ciudades y espacios.
Filosofía y proyectos de Yamamoto
Yamamoto cree que los espacios no deberían aislar a la gente, sino fomentar la convivencia y la interacción. Vi algunos de sus proyectos y tiene todo el sentido. Por ejemplo, el Museo de Arte de Yokosuka en Japón y la Biblioteca de Tianjin en China están diseñados para que los usuarios no solo pasen por ahí, sino que realmente habiten el espacio y se sientan parte de una comunidad.
El jurado del Pritzker elogió su trabajo diciendo que “establece un parentesco entre lo público y lo privado”. Y, pensándolo bien, tiene todo el sentido. A veces, la arquitectura puede volverse algo fría y distante, pero Yamamoto busca que los edificios sean más humanos, abiertos y conectados con la vida real.
Al final, terminé pasando más tiempo investigando sobre él que trabajando en mi proyecto (ups), pero al menos ahora tengo una nueva perspectiva sobre la arquitectura y su influencia en la forma en que vivimos. Y, quién sabe, tal vez algo de esto termine colándose en mi diseño para la materia de la arquitecta Victoria.
Bueno, pues gracias por leer. Me saludan a sus perros o gatos. Bueno, chau.
