Una mancha verdosa se destaca en el paisaje ondulado alrededor de Poções, un pequeño municipio en la región semiárida del estado de Bahía, en la región Nordeste de Brasil.
Allí, la profusión de cactus, suculentas y árboles de la caatinga, una región de vegetación espinosa, contrasta con los pastos degradados y los suelos desnudos circundantes.
El responsable del “oasis” es el ingeniero retirado Nelson Araújo Filho, de 66 años.
Pero los años de uso intensivo agotaron el suelo y lo dejaron al borde de convertirse en un desierto, fenómeno que afecta alrededor del 13% de la tierra en la región conocida como el Semiárido brasileño, en el noreste del país, según el Laboratorio de Análisis y Procesamiento de Imágenes Satelitales de la Universidad Federal de Alagoas.
Abundancia sin irrigación
En un principio, Araújo plantó especies de la caatinga brasileña que sobreviven incluso en suelos degradados, como cactus forrajeros y avelós.
Posteriormente comenzó a podar la vegetación con frecuencia, utilizando todo el material cortado para cubrir y fertilizar el suelo.
Con la mejora de las condiciones, empezó a hacerles sitio a especies más exigentes, como árboles grandes y frutales.
Mayor infiltración de agua
Para la agrónoma Eunice Maia de Andrade, profesora de la Universidad Federal de Ceará, los sistemas agroforestales son capaces de recuperar buena parte de los suelos semiáridos.
Andrade, especialista en conservación de suelos y aguas en la región semiárida, con un doctorado en Recursos Naturales Renovables de la Universidad de Arizona (Estados Unidos), dice que estos sistemas facilitan la infiltración de agua y reducen la escorrentía superficial, lo que protege la microbiología del suelo y ayuda a retener los nutrientes.
Prejuicio y resistencia
En los últimos años, diversos colectivos y movimientos sociales han realizado cursos y experiencias en el semiárido para incentivar la adopción de sistemas agroforestales o agroecológicos.
Los dos conceptos son similares y se oponen a la llamada Revolución Verde, un conjunto de técnicas agrícolas que se han extendido por el mundo desde la década de 1930 y se basan en el uso intensivo de fertilizantes, pesticidas y mecanización.
Los sistemas agroecológicos y agroforestales buscan conciliar la producción de alimentos con la restauración ambiental.
Vegetación espinosa
En general, esta vegetación está formada por árboles duros y espinosos que sobreviven en suelos degradados, como jurema, uña de gato y mameleiro.
Cuando se planta una agroforestería, estos árboles deben podarse o talarse para dejar espacio a otras especies que ayuden a restaurar el suelo y ampliar la diversidad del sistema.
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