Aun cuando México es el tercer país del mundo en recibir radiación solar esa condición no es aprovechada para generar energía eléctrica sin producir gases causantes del efecto invernadero, señalaron especialistas en el Foro virtual Retos de la generación de energía eléctrica en México, organizado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El maestro Carlos Rábago Estela, director técnico de la empresa Sistemas Integrales de Gestión Ambiental, señalo que “en nuestro país tenemos centrales convencionales y de ciclo combinado que utilizan combustóleo, carbón o gas natural o LP para funcionar”.
La central termoeléctrica de Tula, Hidalgo, una de las más grandes del país, que genera mil 600 megawatts –3.5 por ciento de la energía eléctrica nacional– se reconvirtió para usar gas natural desde hace más de 10 años, con lo que puede operar de manera dual con gas natural y combustóleo.
El uso de combustóleo para generar energía a en el país pasó de 95 por ciento en 2014 a 69 por ciento en 2019, mientras que el uso de gas natural aumentó de 4.4 a 30.44 por ciento en el mismo periodo.
Este combustible en México contiene 4.4 por ciento de azufre, pero en la central de Tula lo emplean sólo 2 por ciento de ese químico, con lo que se está incumpliendo con la norma, por lo que anualmente arroja 14 mil toneladas de emisiones a la atmósfera, siendo la planta más contaminante del país, contrastando con las dos mil toneladas emitidas por la termoeléctrica del Valle de México gracias al uso de gas natural.
La energía solar presenta muchas ventajas, además que sus paneles pueden ser usados en parques y para el autoconsumo en casas e incluso para abastecer la red eléctrica, además que esta tecnología es cada vez más eficiente y ahora el reto es la tenencia de la tierra y la obtención de los permisos para instalar los equipos.
Sin embargo, entre las desventajas de este tipo de energía se encuentran que requiere espacios considerables para su instalación, es intermitente, además que preocupa la generación de residuos y la interconexión depende de CFE, cuya infraestructura no está diseñada para ese cambio.