La inexistente ciudad colombiana de El Dorado, que durante siglos motivó leyendas y aventuras, será analizada en una exposición del Museo Británico en octubre que reunirá cientos de piezas relacionadas con la mítica población.
Más de trescientos objetos de oro y cerámica procedentes del río Guatavita, cerca de Bogotá, viajarán hasta la capital británica para una de las exposiciones más esperadas del otoño, “Más allá de El Dorado: poder y oro en la antigua Colombia”, presentada hoy a la prensa.
El Museo Británico aporta apenas dos piezas del grueso de la exposición, que procede del Museo del Oro de Bogotá, donde se conservan centenares de objetos que datan del periodo prehispánico concluido con la llegada de los españoles en el siglo XVI.
Las primeras crónicas de los conquistadores iniciaron el mito de El Dorado, que en la corte de Madrid resonaba entre exclamaciones admiradas al imaginar todas las riquezas que durante siglos habían permanecido ocultas en Colombia.
Sumos sacerdotes y líderes indígenas eran los elegidos para portar el preciado material, que en el imaginario colectivo de la época servía para conectar el mundo terrenal con el espiritual.
Para contar con el favor de los dioses, los líderes cubrían sus cuerpos con magníficas piezas de oro y se lanzaban al río Guatavita. Cuando salían del agua, donde habían dejado el oro como ofrenda espiritual, concluía el protocolo y continuaba la vida en la tierra.
Entre los objetos que se exhibirán en el Museo Británico destaca un casco del año 500 a.C. perteneciente a un guerrero o un Poporo Quimbaya, recipiente utilizado para el mambeo de hojas de coca durante las ceremonias religiosas, que data del 600 d.C.