El cabecilla del robo de siete lienzos del Museo Kunsthal en 2012, entre ellos un “Picasso”, un “Gauguin” y dos “Monet”, declaró ayer ante el tribunal que le juzga que cinco de las obras de arte están en posesión de un amigo suyo, el ucraniano Vladimir Vladimirenko.
“Mi madre dio los cuadros a una persona que no conoce, yo sí. Se llama Vladimir Vladimirenko, un ciudadano ucraniano. Vive en Ámsterdarm, pero sólo tengo la dirección de Londres”, dijo Radu Dogaru a los magistrados.
“La vigilancia en el museo era casi inexistente. La puerta estaba cerrada, no bloqueada, prácticamente entramos con unos alicates”, prosiguió el principal sospechoso.
Horas antes, su abogado, Catalin Dancu, dijo a los periodistas que su cliente nunca supo el valor real de los lienzos, alrededor de 136 millones de dólares, al perpetrar el robo.
También se desconoce si las piezas han sido dañadas o incluso destruidas, ya que la madre del principal acusado dijo haberlas quemado, aunque después se retractó.
Dancu también anunció que denunciarán al museo holandés, porque las medidas de seguridad no eran suficientes, en lo que argumenta como un atenuante del delito.
“Se ha demostrado una clara negligencia respecto a la seguridad del perímetro del museo y, sobre todo, de las obras de arte expuestas”, dijo.