La escritora y periodista mexicana, Elena Poniatowska, llamó a sus similares de México a enarbolar la bandera de la denuncia ante las injusticias contra los más pobres.
Poco antes de recibir la presea a la “Excelencia en las Letras: José Emilio Pacheco”, la cual se le entregó en el marco de la Feria Internacional de la Lectura de Yucatán (Filey), estimó que aquel periodista que no se indigna ante la injusticia y la pobreza “no merece serlo.
“El periodista debe indignarse y denunciar, debe optar por los más pobres, que el que no denuncia, el que no escoge a los más pobres, pues todos están hechos de las misma arcilla humana; el que no se indigna, no se merece ser periodista”, indicó.
La escritora también habló acerca de las próximas celebraciones por el centenario del nacimiento de personajes como Octavio Paz o José Revueltas, así como de su próximo libro: la historia de Lupe Marín, escritora jalisciense, segunda esposa del muralista Diego Rivera.
Dijo sentirse bendecida cada vez que visita a Yucatán y sentirse más que bien con el calor que llega casi a los 40 grados en esta entidad, a la que “conozco desde hace mucho años, nos enamoramos de todos, de los papadzules, de la sopa de lima, de los yucatecos, de Chichén y Uxmal”.
Las palabras se extendieron a la amistad que tiene con la escritora yucateca Sara Poot, principal responsable de la presea, a quien definió “como esencial y conmovedora”.
También habló del poeta, ensayista y traductor José Emilio Pacheco, recién muerto, “al que conocí muy jovencito. Siempre se vestía de negro y se ponía una camiseta abajo y cuando bajaba de los taxis, los operadores le pedían que no le pagaran, que les diera la bendición”.
Confió en que el año entrante quien reciba esta presea sea “un ganador de provincia, que no se concentre todo en el Distrito Federal, que es como un pulpo que todo atrapa, así como que sea para una escritor no tan premiado”.
Al hablar de su próximo proyecto, Poniatowska adelantó que se concentrará en la vida de Lupe Marín, a la que definió por su belleza como una pantera, pero en su relación con sus hijas y con Jorge Cuesta como una mujer “mala y dura”.
“La idea surge de una entrevista que le realicé hace algunos años, -la entrevista es una base muy grande para hacer un libro-, parecía como una pantera, como una ciega, con la única que Diego Rivera tuvo dos hijas.
“Me llama mucho la atención que era una mujer mala, era muy dura con su hijas. Se casó con Jorge Cuesta, poeta muy difícil de comprender; era un hombre torturado, en su angustia atentó contra sí mismo, se ahorcó en la cama de un hospital, se cortó los testículos y creo que mucho fue por ella”, recordó.
“Lupe fue a su entierro y le llevó una cobija muy grande de gardenias. Hoy todos dicen que fue el más grande crítico literario que ha tenido México. Lo que sí es cierto es que fue un tipo macerado”, comentó.
Finalmente, consideró que el libro impreso todavía tiene mucha vida por delante y seguirá su reinado, a pesar del acelerado crecimiento de la literaria digital.
“No hay nada más grandioso de un libro que poder tocarlo, olerlo y al mismo tiempo poder recorrer en sus páginas, numerosas historias”, finalizó.