Musas Sonideras, del barrio a los museos

En calles cerradas, con los bafles conectados y las luces girando de un lado a otro, un hombre en la consola domina el micrófono, elige las canciones, manda saludos e invita a la gente a bailar, así es la vida de “el sonidero”, personaje que surgió en los años 50. El colectivo Musas Sonideras busca reivindicar el papel de la mujer dentro de este movimiento.

Este fenómeno de la cultura popular ha sido representado mayoritariamente por hombres; sin embargo, las mujeres han estado presentes desde sus orígenes con personajes como Sonido La Socia, La Dama y Lupita, ‘la Cigarrita’.

“Sonido La Socia tendría una trayectoria de 54 años, sin embargo, falleció en 1986. Sale en una portada de un disco de acetato con Sonido La Changa, El Rolas y La Sonora Matancera. Fue invisibilizada por mucho tiempo hasta que apareció ‘la Cigarrita’, representando al barrio bravo de Tepito y, entonces, dijeron ‘aquí la primera fue La Socia’”, asegura Marisol Mendoza, fundadora del proyecto Musas Sonideras.

Este colectivo reúne a sonideras de México y Estados Unidos y bajo el lema de “hasta que la sororidad se haga costumbre” busca reivindicar el papel de la mujer en este movimiento y hacer del baile del barrio una cultura.

De acuerdo con Sol Nava, mejor conocida como ‘Sol Salsita’ y miembro de este colectivo, la mayor aportación de las Musas son los bailes de paz, libres de violencia.

“Creo que la diferencia que estamos poniendo las Musas Sonideras es que estamos haciendo bailes de paz, sin violencia, ya que todos los eventos que hemos tenido en salones, en las calles o en eventos culturales, han quedado con saldo blanco”, indica Sol.

‘Sol Salsita’ afirma que ella y sus compañeras sí se han enfrentado como mujeres al machismo, la cosificación y la misoginia.

Un sonidero es una persona que lleva alegría a toda la gente, que la motiva para bailar, que tiene el poder de decirles ‘los problemas se quedan afuera’. La hacemos un poquito de psicológos, siempre habrá gente que esté lastimada, herida y les pones una salsa, y ahí ya estás conectando con ella y al mismo tiempo estás haciendo que baile, no sólo es acordarte que te pusieron los cuernos

– Elizabeth Medina

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