Este 15 de febrero fue declarado muerto el escritor Federico Campbell fue declarado con muerte cerebral, confirmaron fuentes cercanas a la familia del escritor. Uno de los que anunció el suceso fue el periodista cultural Jaime Chaidez a través de sus cuentas de redes sociales: “Triste noticia.
El autor de “Tijuanenses” fue internado en la ciudad de México el pasado 31 de enero por un cuadro de neumonía. Días más tarde, el 5 de febrero, su hijo, el periodista Federico Campbell Peña, informó que contrajo el virus de A H1N1.
Fundamentalmente periodista, Federico Campbell es un ejemplo notable de la convergencia entre el mundo de la literatura y el del periodismo. El escritor tijuanense, quien falleció a causa de un derrame cerebral, inició su carrera entrevistando autores y divulgando el panorama de la literatura mexicana de su tiempo. Luego pasó a escribir cuentos, novelas y ensayos de crítica literaria.
Fundamentalmente periodista, Federico Campbell es un ejemplo notable de la convergencia entre el mundo de la literatura y el del periodismo. El escritor tijuanense, quien falleció a causa de un derrame cerebral, inició su carrera entrevistando autores y divulgando el panorama de la literatura mexicana de su tiempo. Luego pasó a escribir cuentos, novelas y ensayos de crítica literaria.
El escritor tapatío y colaborador de EL INFORMADOR, Antonio Ortuño, quien llegó a charlar con él en algunas ocasiones: ‘’Siempre fue un tipo con una enorme curiosidad por los asuntos sociales y además fue un gran lector. Cada vez que tuve la oportunidad de hablar con él me abordaba con preguntas y comentarios sobre diversas lecturas de todo tipo. Fue un gran lector de novela policíaca, de autores que no se leían mucho en México, saqueaba bibliotecas enteras”.
Ortuño destaca la curiosidad insaciable de Campbell, quien hacía investigaciones profusas para tratar los temas que le interesaban, y no se conformaba con leer sólo una postura. En particular, lo recuerda como un hombre generoso y humilde, que hurgaba en la literatura de autores no reconocidos y recobraba libros de otras épocas que se habían dejado de leer.