La magia de las matemáticas mayas se hizo presente de nuevo para recordarle al mundo que en estas tierras habitó una de las civilizaciones más sorprendentes en la historia del ser humano y su evolución en este planeta.
En punto de las 10:57 horas inició aquí oficialmente la primavera, (equinoccio o fenómeno arqueoastronómico) y, horas después, en esta antigua ciudad maya se hizo evidente éste que es de los acontecimientos más populares y difundido en el mundo.
Unas cuatro mil personas se dieron cita para presenciar el espectáculo de luz y sombra que se forma con el paso de los rayos solares por la cara norte del edificio conocido como “El Castillo”.
Había dudas y cierto desánimo, el cielo estaba nublado y una ligera llovizna puso un toque de pesimismo pues más de uno empezó a dudar sobre la posibilidad de ver el fenómeno a plenitud, pero cerca de las 16:26 horas las nubes se fueron y el ambiente fue otro en la zona arqueológica de Chichén Itzá.
El sol empezó a hacer su trabajo como lo ha hecho durante miles de años, mucho antes de que el arqueólogo Víctor Segura Pinto descubriera y revelara para el mundo lo que hoy se denomina como “el descenso de Kukulcán”.
Y así como ha sucedido desde hace unos 35 años aproximadamente, cuando el fenómeno del equinoccio se volvió un evento turístico, “Kukulcán” fue recibido con aplausos y porras de quienes vinieron de otras tierras para presenciar el legado de un pueblo considerado excepcional.
Solo fueron unos cuantos minutos en los que se pudieron observar a plenitud los siete triángulos de luz que forman el cuerpo de la serpiente que anuncia el inicio de un nuevo ciclo de la vida, de un nuevo comienzo.
El administrador del sitio arqueológico, Marco Antonio Santos Ramírez, explicó en entrevista que este evento representaba entre los mayas esa “dualidad” que daba sentido a su forma de vida y cultura.
“Este hecho representaba el inicio de la vida y la luz después de un periodo de muerte y oscuridad, es el anuncio pues de un dios a su pueblo para que prepararan sus tierras pues él les regresaría la vitalidad a través del maíz, especie fundamental de su dieta y de su espiritualidad”, detalló.
Después de los plausos, como si el Sol leyera el momento, éste desapareció abruptamente y ya no pudo ser posible observar el fenómeno de luz y sombra.
Sin embargo la tarde regaló a los pocos que se quedaron en el sitio una vista impresionante de “El Castillo”, nombrado una de las Maravillas del Mundo Moderno, con un arcoiris en el horizonte, también recibido con aplausos y emoción de los pocos presentes.
La maravilla de las matemáticas mayas se observar hasta el próximo día 23, según confirmó el administrador de la zona arqueológica, Marco Antonio Santos Ramírez.