Se acerca una fecha importante para los Mexicanos, la conmemoración de la Independencia de México, importante movimiento que, en tan sólo once años, le permitió al ejército insurgente acabar con casi tres siglos de dominio español en nuestro territorio.
El periodo de nuestra historia conocido como la Guerra de Independencia empieza (estrictamente hablando) la madrugada del 16 de septiembre de 1810, con el “Grito de Dolores” – En Dolores, Guanajuato, lugar donde residía Don Miguel Hidalgo y Costilla – Cura de Dolores, iniciador del movimiento de independencia en 1810. Abolió la esclavitud en un documento. Murió luego de ser traicionado por Ignacio Elizondo, su cabeza se colocó en una jaula que fue mandada al Estado de Guanajuato, siendo colocada en una de las esquinas de la Alhóndiga de Granaditas, como escarmiento para futuros levantamientos.
Miguel Hidalgo es el más reconocido en la primer etapa de este movimiento contra los españoles, fue este personaje quien dio el llamado
Elegido Hidalgo como jefe de los conjuradores, es decir, de quienes estaban descontentos con el régimen español, y enterándose por doña Josefa Ortiz de Domínguez que el corregidor había dispuesto la aprehensión de los conjurados, decidió lanzarse a la lucha por la independencia.
Hidalgo, acompañado de Allende, Aldama y otros más que eran de su confianza, el 15 de septiembre de 1810 se dirigió a la cárcel pública y puso en libertad a los presos, pero aprehendió a los europeos. Hecho todo esto mandó llamar a misa en la madrugada del día 16, a la cual asistieron muchos fieles del pueblo y de sus alrededores, allí les mencionó las ventajas que traería la independencia. Ante esto, la multitud entusiasmada gritó:
¡Viva la independencia! ¡Muera el mal gobierno!
A la arenga que Miguel Hidalgo y Costilla dirigió esa madrugada del 16 de septiembre de 1810 se le conoce como “Grito de Independencia” y fue así como comenzó la guerra insurgente o guerra de independencia.