La condición física para la salud, desde hace un buen tiempo que se ha relacionado con el desarrollo de la resistencia cardiorespiratoria, la resistencia muscular, la fuerza, la composición corporal y la elasticidad. Sin embargo, al momento de realizar estudios para evaluarla, los resultados se obtienen mediante la cuantificación del rendimiento en base a una serie de pruebas.
La condición física y la salud
Blair y Connell (1996), afirman que las actividades físicas de moderada intensidad ayudan a mejorar el nivel de la salud, disminuyendo el riesgo de morbilidad y mortalidad, en comparación con niveles bajos de ejercicio.
Además, también se advierte de la educación e higiene postural como un elemento clave para un desarrollo adecuado de la condición física. Esto significa que al momento de realizar una evaluación, en total deberían tomarse en cuenta estos seis aspectos:
- Resistencia cardiorespiratoria
- Resistencia muscular
- Fuerza
- Composición corporal
- Elasticidad de los músculos y
- Educación e higiene postural.
Pruebas para una evaluación de la condición física
Evaluación del sistema cardiovascular
En esta prueba se deben realizar 30 flexiones profundas de piernas, entre 30 y 40 segundos con los brazos en las caderas; tomando las pulsaciones antes de comenzar, luego de terminar del ejercicio y tras 60 segundos de recuperación. Para concluir, se aplica la siguiente fórmula y escala de valoración.
(P1 + P2 + P3) – 200 / 10
Dónde:
- P1: Pulsaciones en estado de reposo
- P2: Pulsaciones al finalizar
- P3: Pulsaciones tras 60 segundos de recuperación
Valoración:
- 0 a 5: Excelente
- 5 a 10: Muy bien
- 10 a 15: Regular
- Más de 15: Mal
Evaluación de la fuerza
Para esto, es ideal el test Drop Jump, diseñado por Bosco. Prácticamente, consiste en dejarse caer desde una altura preestablecida y acto seguido, desplazarse lo máximo posible. Como sugerencia, la caída no debe superar los 50 cm, debido a la posibilidad de inhibir la componente refleja de la fuerza.
Esta prueba sirve para valorar componentes fundamentales de la acción muscular como lo son la acción explosiva concéntrica, la capacidad elástica y la acción refleja, que pueden indicar la capacidad de la coordinación muscular de una persona.
Evaluación de la composición corporal
Una buena composición corporal es imprescindible para lograr un equilibrio energético neutro. Un gasto que supera a la ingesta sugiere una pérdida enorme en el tejido graso, pero también del tejido magro. Caso contrario, una ingesta mayor al gasto, supone la aparición de depósitos de tejido adiposo.
En esta prueba es preciso valorar factores de fácil aplicación como:
- El índice de masa corporal (IMC)
- Cantidad de grasa corporal (sumatorio de pliegues cutáneos)
Una escala de valoración correcta para el IMC, son:
- Riesgos de mortalidad y morbilidad: +30
- Obesidad: + 27
- Normal: 22 – 27
- Bajo peso: -21
- Bajo peso alarmante: – 15
Para obtener el IMC, se aplica la siguiente fórmula:
IMC = Peso (kg) / Altura (M)
El IMC subestima los resultados en personas sedentarias, mientras que los sobreestima en personas entrenadas, niños o adolescentes.
Finalmente, la composición corporal se puede obtener de forma sencilla mediante la Metodología extraída del Grupo Español de Cineantropometría, que usan como base las técnicas utilizadas por De Rose y Guimaraes. La medición (en mm), se logra con la ayuda de un plicómetro o compás de pliegues cutáneos con una capacidad de 0 a 48 mm, teniendo una precisión de 0.2 mm. Por norma, se toman los pliegues del lado derecho del cuerpo, repitiendo las mediciones en tres ocasiones no consecutivas, anotando la medida, una vez eliminados los registros erróneos.
Evaluación de la elasticidad
Para esta prueba se realiza una evaluación de la musculatura que depende del control postural, es decir, los músculos erectores de la espalda y los isquiosurales.
Esta prueba ha sido bautizada como “Sit and Reach” y su finalidad es la de obtener una valoración de la capacidad de extensión de la musculatura dorsal e isquiosural a través de la flexión del tronco hacia adelante.
Una disminución en la elasticidad puede producir una retroversión pélvica y dorsalización del raquis, llegando a ocasionar otros padecimientos como la hipercifosis, la aparición de una hernia discal, la inversión del raquis lumbar, el agravamiento de la enfermedad de Scheuermann, entre otros. Con el entrenamiento de fuerza, la bipedestación prolongada y el trabajo muscular regular o pesado, se propicia la manifestación de la cortedad isquiosural.
Para llevar a cabo esta prueba es necesario utilizar con un cajón con las siguientes medidas:
- Largo: 35 cm
- Ancho: 45 cm
- Alto: 32 cm
En la parte superior del cajón deberá colocarse la cinta métrica, teniendo unos 55 cm de largo, 45 de ancho y sobresalir 15 cm al largo.
La prueba consiste en ubicar al sujeto, descalzo, sentado frente al cajón con las piernas extendidas, de manera que los pies se apoyen en el mismo. Posteriormente, el sujeto deberá flexionar el tronco hacia adelante, procurando mantener las rodillas extendidas, así como los brazos hacia el frente con las palmas apuntando hacia abajo. Una vez alcanzada la posición máxima, deberá permanecer inmóvil por dos segundos para obtener un registro correcto del resultado. Según el número obtenido, la valoración queda de la siguiente forma:
- Normal: Mayor que -6 cm
- Cortedad moderada: Entre -6 y – 15 cm
- Cortedad excesiva: Menor de -15cm
Evaluación de la estática postural
La higiene postural no sólo se refiere a la columna vertebral, ya que los miembros inferiores (rodillas y pies) también pueden ser causantes de repercusiones graves en la estática postural y el raquis.
Una buena valoración requiere de múltiples pruebas e indicadores objetivos y subjetivos como el test de la plomada, la pizarra cuadriculada y espejos. Todos estos son conocidos como métodos de medición sencillos y económicos que no tienen tanta sofisticación como los usados en los centros de rehabilitación y ortopedia.