Más allá del espectáculo alterno al tema deportivo la jornada resultó un show excéntrico con respuestas poco trascedentes de los actores del Super Bowl
Jugadores agresivos con la prensa Actitud cínica con la prensa “no preparada” en el Media Day
PHOENIX — El famoso Día de Medios del Super Bowl llegó y se fue como siempre: Intrascendente en términos del juego de campeonato de la NFL.
Y si algún periodista aún asiste con la intención de conseguir información relevante para historias que tengan que ver con el partido entre los Seattle Seahawks y los New England Patriots, tendrá que buscar una mejor ocasión.
Miles de personas asistieron este martes al US Airways de Phoenix, la casa de los Suns de la NBA, para un Día de Prensa más “apretado” que nunca, con menos personalidad y más retacado de belleza por doquier.
“Es una locura este lugar, pero seguro nos vamos a divertir mucho”, dijo Michelle Williams, ex cantante del grupo Destiny Child, quien intentó conseguir información para un canal nacional de farándula.
Williams fue una de las muchas chicas bellas que ayudaron a que la mayoría de los reporteros se enteraran más de que el ala cerrada Pro Bowler de los Patriots, Rob Grownkoski era un gran bailarín, el mejor de su equipo, según él; o que al linebacker Bobby Wagner le encantan los tacos y que la gran mayoría de jugadores de ambos equipos bailan horrible acompañados de música de mariachi.
El Super Nickelodeon apareció por séptimo Super Bowl consecutivo.
“Soy un defensor de la justicia y vengo para asegurarme que todo salga bien y en orden aquí”, dijo, apenas minutos después de que gritaba al entrenador de New England, Bill Bellichick, para hacer preguntas.
Bellichick, quien llegó vestido con pantalón de mezclilla, sudadera deslavada y en huaraches, hizo caso omiso. Ni siquiera volteó a verlo.
Más allá del morbo de verificar si el corredor de Seattle, Marshawn Lynch acudía al Día de Medios y atendía reporteros, el día fue quizá mucho menos exuberante que en sesiones de años recientes.
Lynch, por cierto, sólo asistió durante menos de 15 minutos; nunca respondió preguntas a la prensa y sólo repitió que estaba ahí para evitar ser multado.
“Para nosotros esto es un show”, dijo Luis Suárez, una de las de alrededor de cinco mil personas que pagaron $35 dólares o más por acceso a la tribuna para atestiguar el Día de Prensa, que por tercera ocasión fue abierto al público. “Es muy divertido”.
Para algunos reporteros fue poco divertido; con evidentes señas de molestia porque sufrían para ser escuchados por los protagonistas con sus preguntas.
“Prefieren contestar a las chicas bonitas que a nosotros que venimos en realidad a cubrir el Super Bowl”, dijo un reportero estadounidense a otro de sus colegas. “Es increíble que la liga permita esto”.
El tackle defensivo de los Seahawks, Michael Bennett por un momento comparó a Peyton Manning y Tom Brady con Madona y Marilyn Monroe.
“Sería como vencer a Madona y Marilyn Monroe”, respondió Bennet al cuestionamiento sobre qué representaría derrotar a Manning y Brady, dos de los mejores mariscales de campo de la historia en años consecutivos. “Será padrísimo”.
Fue otro tradicional Día de Medios, aunque con mucho menor espacio, ya que por segunda vez fue sacado del campo donde se jugará el Super Bowl para ser llevado a una arena de básquetbol.
Y con miles de reporteros sobre la duela, caminando o hasta respirando la complicada la labor de la gran mayoría: Destacar por la excentricidad y darse a notar por la ridiculez.
Pero al final de eso se trata… A partir de este jueves, el tema del futbol americano en su máxima expresión y seriedad seguirá con la atención a medios en los respectivos hoteles de Seahawks y Patriots.