Frank Lloyd Wright diseñó en 1934-35 una casa extraordinaria en la Reserva Natural de Bear Run, Pensilvania. Está casa se encuentra a 1298 metros sobre el nivel del mar, es conocida como la Casa en la Cascada.
Las inspiraciones de Wright se relacionan con la búsqueda de formas de la naturaleza. Sigue los principios de la “Arquitectura orgánica” enfatizados por el autor en su escuela y estudio Taliesin. Consiste en integrar en una edificación los factores ambientales del lugar, uso, función, materiales nativos, el proceso de construcción y el ser humano.
La casa de la cascada está formada por la superposición de planos horizontales, que se ven enfatizados por sus grandes aleros y terrazas que vuelan. Cada piso se marca por terrazas de placas lisas de hormigón que se proyectan asimétricamente en varias direcciones. Como contrapunto cuenta con un único elemento vertical marcado por dos planos que corresponde a la chimenea. El eje articulador del resto de la casa cumple con un rol fundamental del espacio de reunión.
La casa se diseñó de tal manera que se pueda escuchar el sonido del agua desde cualquier habitación. Esa percepción auditiva junto con la refrescante sensación es una forma sensible de introducir el exterior en la vida íntima del hogar.
El tipo de estructura de la casa es aporticado en hormigón, porque se observan columnas y vigas formando pórticos. Algunas paredes, el piso y otros elementos verticales, están revestidas de piedra. Asimismo, se pueden observar algunos detalles de la casa en acero y otros en madera.
Los materiales utilizados para la construcción de esta casa fueron: hormigón, piedra rugosa, piedra nativa, madera y acero.
La forma de esta casa rompe con la caja convencional puesta sobre el paisaje, generando estos voladizos que adquieren dialogar con su entorno.
Eduardo Ferrer Escobar – Primer Semestre.
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