El gorrión, una de las especies de aves originarias de la Ciudad de México, se encuentra en un grave peligro. Quizá no desaparezca por completo, pero su presencia en los campos y ciudades se convertirá en casi una extrañeza. De acuerdo con una investigación de la ONG ecologista SEO (Sociedad Española de Ornitología) / Bird Life, esta especie se redujo en un 7% entre los años 2015 y 2016, frecuencia que se mantendrá constante en los siguientes años.
El gorrión, cuyo nombre científico es Passer domesticus, mide entre 14 y 16 centímetros en total. Tiene patas cortas y cuerpo robusto, y se alimenta casi exclusivamente de granos. Es un pájaro inteligente y curioso, sedentario y que forja comunidades. Suele habitar en zonas urbanas, ya que ha generado una relación dependiente del ser humano, frente a quien se comporta sin timidez y tolera distancias cortas.
Los gorriones tienen parejas monógamas durante cada temporada de reproducción. Para ello construyen nidos con ramas y plumas en sitios altos, defendiendo con agresividad los huevos en incubación. El tiempo de incubación es de 14 días y participan tanto el macho como la hembra, quienes se turnan el lugar en el nido.