Los asientos vacíos en el Teatro Degollado podían contarse con los dedos de las manos, y eso que este lunes 29 de julio no tocó ni la Orquesta Filarmónica de Jalisco ni se presentó en la ciudad un espectáculo extranjero.
Los artistas en escena eran cerca de 400 niños y jóvenes entre siete y 18 años: pequeños aprendices del violín, el chelo, la flauta, el clarinete, el contrabajo, las percusiones y el canto, que forman parte de las Orquestas, Coros y Bandas Sinfónicas de la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ).
También son estudiantes de alto rendimiento en los niveles de primaria, secundaria y educación media superior, como se encargó de anunciar la grave voz del maestro de ceremonias, luego de que la Banda de Alientos interpretara piezas conocidas por todos: Misión Imposible, de Lalo Schifrin; La Pantera Rosa, de Henry Mancini; y Brasil, de Ary Barroso.
Al ritmo de esta última fueron saliendo los integrantes del primer conjunto con sus trajes azules de banda de marcha, y guiados por el director artístico del proyecto, Marlon Jiménez Patiño.
Y no era para menos, ya que hasta hace aproximadamente un año y medio, la mayoría de estos niños y jóvenes no habían tenido en sus manos un instrumento ¿Cómo es posible -entonces- que siete de los más bajitos de la Orquesta Infantil interpretaran en solo la melodía de La Llorona; y que, minutos más tarde, se escuchara el primer movimiento de la célebre 5ta Sinfonía de Beethoven tocado enérgicamente por la Orquesta Juvenil?
El secreto es que se trata de “un programa relámpago”, explicó el profesor de violín Sergio Caratachea antes del inicio del concierto. Su nombre es aprender Escuchando, y al enfocarse en enseñar las melodías y los movimientos corporales, antes que las notas o la lectura del pentagrama, los chicos pueden estar tocando en cuestión de dos meses.
Los niños de hoy “vienen acelerados” y su hábil manejo de la tecnología les permite aprender a paso veloz, dijo por su parte Marlon Jiménez Patiño.
El originario de Ecuador, pero naturalizado mexicano, es responsable en gran medida de la existencia de este proyecto que financia el Gobierno del estado a través de su Secretaría de Educación, con el objetivo de promover el desarrollo integral de los jóvenes jaliscienses.
Y aunque no busca formar a la nueva de generación de músicos, sino que los pequeños inviertan su tiempo en una actividad positiva, Jiménez está convencido de que, en este tiempo, “el nivel ha mejorado muchísimo” y que “los resultados son maravillosos”.
Ni los instrumentos ni las clases tienen costo alguno para los más de 700 niños que en total forman parte del programa. A cambio, se les pide, únicamente, que tengan disciplina y que mantengan sus buenas calificaciones en la escuela