La Orquesta Filarmónica de Estrasburgo interpreta hoy en el Auditorio de la Ciudad de la Música obras de Ernst Toch, Alexandre Molotov, Wladislaw Szpilman y Franz Schreker, todos judíos y perseguidos por el nazismo, dentro del Festival Voix Étouffés (Voces Asfixiadas) 2013.
El festival, con el subtítulo “La Música recuperada”, pretende dar una nueva oportunidad durante el mes de noviembre a las obras musicales compuestas no solo por músicos que consiguieron exiliarse a tiempo, sino también por deportados en campos de concentración nazis. Muchas de sus obras han caído en el olvido.
Szpilman, “el pianista del gueto de Varsovia”, se salvó a última hora de subir con su familia al tren de la muerte con destino a los campos de concentración. En cuanto a Schreker, compositor austríaco de origen judío, el antisemitismo truncó su carrera musical.
La sede del Consejo de Europa en Estrasburgo acogió esta semana el primer concierto del festival, en el que el conjunto del Royal College of Music de Londres interpretó la obra “What a life!”, compuesta por Hans Gál en el campo de internamiento de la Isla de Man.
En primera fila, un anciano de 91 años seguía atento los compases de la obra. Su nombre, Jaap van Mesdag, un trompetista holandés que sobrevivió a los campos de concentración de Amersfoort y Vughtm en Holanda, y al de Struthof-Naztweiler, en Francia. Y en el concierto, una reliquia: la trompeta que el padre de Van Mesdag le regaló cuando la suya se hundió en el Mar del Norte, al intentar escapar de sus perseguidores nazis.
La directora del Centro Europeo del Deportado Resistente, ubicado en el antiguo campo de Struthof, Frédérique Neau-Dufour, contó cómo Van Mesdag utilizó por última vez la trompeta hundida para lanzar un SOS desde la embarcación con la que escapaba de Holanda.
El festival incluye conciertos con obras de Arnold Schönberg (compositor austríaco de origen judío que emigró a EU tras ser marginado por la legislación nazi), Mikis Theodorakis (torturado en la Italia de Mussolini, tras ayudar a familias judías) y Bela Bartok (que se negó a que sus obras se interpretaran en conciertos nazis).
También se van a escuchar obras de Viktor Ulmann (compositor polaco católico de origen judío que murió en Auschwitz), Simon Laks (compositor judío que estuvo deportado en Auschwitz y Dachau) y del checo Erwin Schulhoff, que murió en el campo de concentración de Wülzburg (Alemania).
El próximo domingo 17 de noviembre se celebrará el último concierto en un escenario sobrecogedor, el campo de concentración de Struthof, a 30 kilómetros de Estrasburgo, con obras para cuartetos de cuerda de Ulmann, Laks y Bartok, interpretados por el cuarteto Psophos.
A todos esos músicos, de origen judío, gitanos o de ideologías contrarias al nazismo, les rinde homenaje en una monumental obra de diez volúmenes, “Thesaurus de la música en los campos de concentración”, que se publicará en 2015, coincidiendo con el 70 aniversario del final de la Segunda Guerra mundial.