A los 95 años de edad, el líder contra la segregación racial y quien fuera el primer presidente negro de Sudáfrica, Nelson Mandela, falleció este jueves, según dio a conocer el mandatario de esa nación, Jacob Zuma.
Nelson Mandela pasó 27 años en las cárceles del “apartheid” por su lucha contra el régimen racista impuesto por la minoría blanca hasta 1990. Durante su cautiverio de casi tres décadas contrajo la infección pulmonar que arrastró a lo largo de su vida.
Fue elegido Premio Nobel de la Paz en 1993, junto con el entonces presidente sudafricano, Frederik W. de Klerk. Mandela encabezó la transición pacífica a la democracia.
Asimismo “Madiba” fue elegido en 1994 primer presidente negro de Sudáfrica, tras casi siete décadas de lucha contra el sistema segregacionista.
En sus cinco años como presidente, afianzó una improbable paz racial, después de más de cuatro décadas de racismo institucionalizado impuesto por la minoría blanca.
Al morir, Mandela deja un legado de lucha por los derechos civiles de la población afrodescendiente de ese país, que inició en 1943 cuando fundó la Liga Juvenil y organizó movilizaciones de protesta contra el sistema de segregación racial denominado “apartheid”.
Después de la creación del Partido Nacional Sudafricano en 1948, que inició una política contraria a la segregación racial por parte de los pobladores afrikáner (descendientes de europeos) hacia los afro descendientes, Nelson Mandela destacó como uno de los principales líderes dentro del Congreso Nacional Africano. Sus primeros enfrentamientos con el gobierno nacionalista fueron durante la Campaña de desobediencia civil de 1952, y posteriormente en el Congreso del Pueblo de 1955, en el que la adopción de la “Carta de la Libertad” provee el programa principal en la causa contra el “apartheid” (segregación).
A consecuencia de que el gobierno reprimía a sangre y fuego a los manifestantes, Mandela en 1961, fundó una organización llamada Umkhonto we Sizwe (“Lanza de la Nación”) con la cual pasó a la lucha armada. Sin embargo, al año siguiente fue capturado en Johannesburgo; fue sometido a juicio y condenado a cadena perpetua. Tenía 46 años cuando fue llevado a la prisión de la isla Robben, frente a Ciudad del Cabo.
En los siguientes años sus seguidores continuaron luchando contra el “apartheid” dentro y fuera de Sudáfrica, así como algunos gobiernos del mundo empezaron a exigir la libertad de Mandela y la abolición de la segregación racial.