Después de un año de esfuerzo, desvelos, clases interminables, trabajos en grupo y litros de café, finalmente llega el día que tanto esperamos: ¡la graduación! Aunque aún soy estudiante de tercer semestre y me queda un largo camino por recorrer, muchas batallas por librar y varios exámenes por rendir, ver este momento me inspira. Porque la graduación no es solo una meta cumplida, sino también el final de un capítulo, el comienzo de otro.
Y aunque el camino universitario está lleno de desafíos, también trae consigo experiencias inolvidables, nuevas amistades y la oportunidad de vivir una etapa única que, sin duda, es un privilegio.

Una generación que deja huella

El pasado 27 de julio de 2025, la generación 2025 llenó los pasillos de las instalaciones del Bachillerato Internacional (UNINTER BIU) de emoción, orgullo y muchas togas negras. Era imposible no sentir el ambiente cargado de nervios, alegría y alguna que otra lágrima. Fue un momento para detenernos, mirar atrás y darnos cuenta de todo lo que hemos logrado.

La ceremonia dio inicio a las 10:00 a.m. en las instalaciones de BIU, donde se encontraban familiares, amigos, profesores y directivos, todos listos para acompañar y celebrar este gran evento. Los discursos fueron emotivos y sinceros: hablaron del esfuerzo colectivo, del poder transformador de la educación y del valor de no rendirse.

Más que un titulo

Graduarse no es solo obtener un papel con nuestro nombre; es cerrar una etapa y abrir otra. Es haber aprendido mucho más allá de lo académico: aprendimos a organizarnos, a trabajar en equipo, a superar fracasos, a celebrar logros y, sobre todo, a conocernos mejor.

Quienes hoy se despiden lo hacen con la mochila llena de recuerdos: aquellas clases imposibles a las 7 a.m., los memes en los grupos de WhatsApp, las charlas eternas en la cafetería y, por supuesto, las amistades que esperamos duren toda la vida.

¿Y ahora?

Ahora comienza una nueva aventura. Algunos seguirán estudiando, otros ya tienen su primer trabajo, y algunos aún están buscando su camino. Y está bien: cada quien tiene su propio ritmo y dirección. Lo importante es que salimos de aquí con las herramientas, la pasión y la convicción de que podemos hacer una diferencia en el mundo.

A todos los que formaron parte de este viaje: ¡gracias!
A quienes recién comienzan: disfruten cada momento.
Y a ustedes, los graduados: ¡felicidades! Esto es solo el comienzo.