Visita académica al Jardín Borda: una experiencia de aprendizaje entre historia, arte y naturaleza

Como parte de las actividades complementarias de formación integral, para los alumnos de distintas carreras que cursan la materia de Desarrollo Económico y Social de México a cargo del Mtro. Raúl Bruno Uribe Álvarez, realizó una enriquecedora visita al Jardín Borda, uno de los espacios culturales más emblemáticos de Cuernavaca, Morelos.

El recorrido tuvo como propósito vincular los contenidos vistos en clase con la historia, el arte y la gestión cultural, fomentando además el interés por el patrimonio histórico y natural de la región.

Un lugar con historia viva

El Jardín Borda, construido en el siglo XVIII por el empresario minero José de la Borda, fue originalmente una residencia de descanso y posteriormente uno de los escenarios sociales más importantes del periodo virreinal y del Segundo Imperio Mexicano.
Durante el recorrido, los estudiantes conocieron los jardines ornamentales, las fuentes, los estanques y los salones del antiguo palacio, descubriendo cómo este espacio ha evolucionado hasta convertirse en un centro cultural dedicado al arte y la educación.

Aprendizaje fuera del aula

A lo largo de la visita, los jóvenes participaron en actividades guiadas donde pudieron reflexionar sobre la importancia del patrimonio cultural, la preservación de los espacios públicos y su relación con el turismo, la economía y la gestión cultural contemporánea.

La experiencia permitió aplicar conocimientos teóricos de asignaturas como Administración, Historia, Comunicación, Arte y Desarrollo Turístico, reforzando el aprendizaje de manera vivencial y colaborativa.

Además de su valor histórico, el Jardín Borda es un ejemplo de biodiversidad y sostenibilidad urbana. Los estudiantes exploraron su amplia variedad de especies vegetales y reflexionaron sobre el papel de los espacios verdes en la calidad de vida, el bienestar y la planeación urbana responsable.

Una actividad formativa y significativa

Para los participantes, esta visita no solo fue una salida recreativa, sino una oportunidad para fortalecer el trabajo en equipo, la observación crítica y el sentido de identidad cultural.
La convivencia en un entorno natural e histórico les permitió comprender que el aprendizaje puede trascender las aulas y conectarse con experiencias reales, enriqueciendo su desarrollo personal y profesional.

Finalmente, los estudiantes destacaron la belleza del lugar y la inspiración que genera caminar entre jardines que han sido testigos de siglos de historia.
El Jardín Borda sigue siendo un punto de encuentro entre el pasado y el presente, entre el arte y la educación, recordándonos que la cultura también se aprende viviendo y explorando.

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