LEYENDAS DE VERACRUZ

Veracruz, un estado reconocido no solo nacionalmente por sus tradiciones, sino también atractivo para los turistas en estas fechas tan importantes, llamativo por sus colores, comida, vestimentas y sobre todo sus famosas leyendas que puedes escuchar en todas partes, es por eso que les traigo 3 grandes leyendas de Veracruz.

LA MULATA DE CORDOVA

Está basada en un evento sucedido en el siglo XVI en Veracruz cuando la Santa inquisición acusó de brujería a una mujer mulata. El expediente de este caso puede ser encontrado en el archivo General de la nación. La historia cuenta que en Córdoba vivía una bella mujer, llamada la Mulata que nunca envejecía. Se pensaba que esta mujer tenía un pacto con el diablo o que era una bruja por lo que se le acusó de brujería.

El día de su ejecución, el carcelero entró a buscarla a su celda. Pero la mujer había dibujado un barco en una pared de la celda.
Para la sorpresa del carcelero, la mujer saltó al barco y éste desapareció en los rincones de la celda. La mujer no fue vista jamás.

LA SIRENA DE TAMIAHUA, LA NINFA DE LA HUASTECA

Hace muchos años, en Rancho Nuevo, un pueblo que existió entre Tampache y la hacienda de San Sebastián, dentro del municipio de Tamiahua, vivían una viuda llamada Damacia, acompañada de su hermosa hija Irene, una joven de tez morena, ojos aceitunados y larga cabellera negra.

En una ocasión, durante un jueves santo, Irene había ido a traer leña por el rumbo de paso de piedras, un acto prohibido en esos días. Al retorno a su casa, la joven llegó sucia por el trabajo realizado, por lo que le dijo a su madre que tomaría un baño, su madre le contestó “no hija te condenarás, en estos días no debemos agarrar agua, mucho menos bañarnos”, pero Irene tomó un jabón y se fue rumbo al pozo a lavarse la cara. Minutos más tarde, su madre escuchó unos gritos de angustia. Era Irene quien gritaba pidiendo ayuda, de pronto sus gritos se convirtieron en lamentos.

Cuenta la leyenda que en medio del pozo se levantó una gigantesca ola y ella se convirtió en otro ser. Su boca se hizo de pez, sus ojos más grandes, su negra cabellera y su piel se tiñeron de rojo y sus piernas desaparecieron, formándose debajo de la cintura una cola de pez, babosa y con escamas.

La inmensa ola arrastró su cuerpo por el río rumbo al mar. Inmediatamente, los lugareños la siguieron en pequeñas lanchas hasta la laguna. Cuando estaban a punto de alcanzarla se apareció un extraño barco de madera viejo, destrozado y feo.

De pronto ella saltó hacia él, con una sonrisa burlona y cantos macabros que decían “peten ak, peten ak”.

A partir de ese momento, Damacia, la mujer que se quedó viuda y sin su hija. Ccada jueves santo se dirigía a la playa con la ilusión de volver a ver a su hija Irene.

Los pescadores cuentan que cuando oyen sus fúnebres cantos se alejan del lugar porque aquel que la vea sufre desgracias. La sirena se convierte en una rubia y hermosa mujer de dulce voz. Pero cuando los pescadores se acercan a contemplarla, un espectro voltea sus lanchas y se embravecen las olas del mar.

LA CASA DE LA CONDESA DE MALIBRÁN

En el Veracruz amurallado, las personas rumoraban de las cosas extrañas que pasaban en una casa de una mujer extranjera de inigualable belleza. Esta mujer era esposa de un conde de la corona española de apellido Malibrán y que viajaba continuamente. Sus vecinos decían que ella acostumbraba visitar muy seguido los arrabales para ver a una anciana que practicaba la brujería, pues no podía tener hijos.

Un día, el marido de la condesa llegó sin avisar y encontró a su mujer en su habitación con uno de sus invitados. Enfurecido, se abalanzó sobre los infieles, asesinándolos con su espada. Uno de sus esclavos, que ayudaría a desahacerse de los cuerpos, lo llevó a un foso que se situaba al fondo de su propiedad, el cual estaba lleno de lagartos.

Aún visible en Veracruz

El marido perdió la cordura casi al instante y durante mucho tiempo se le vio caminando fuera de la casa gritando “¡Que muera la condesa de Malibrán!”. Se dice que quienes viven cerca de la casa escuchan lamentos y quejidos, además de ruidos de arañazos en ventanas y puertas que vienen  del interior de la propiedad, en ocasiones se puede ver la silueta de una mujer.

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