La leyenda del puente de Cancún, que se encuentra en la entrada a este destino turístico llegando de Playa del Carmen
Es una de las anécdotas más contadas y escuchadas por los turistas a su paso por este lugar. Era común al pasar por dicho lugar observar una pequeña pirámide construida en los años noventas, y aunque esta construcción fue demolida en el 2022 (debido a los trabajos de ampliación del bulevar), la leyenda continuará pasando de boca en boca.
Según los relatos de los locales, este puente no se lograba construir por que no se le pidió autorización a los dueños del lugar: los Aluxes.
Éstos, según una antigua leyenda, son más antiguos que el mismo pueblo maya, son los hombres primigenios, aquellos que construyeron las grandes ciudades.
Los hechos sucedieron en los noventas cuando se decidió por medio de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), construir el puente que conduce hacia el Aeropuerto Internacional de Cancún. La leyenda cuenta que fueron estos seres quienes no permitían la construcción del puente del Aeropuerto Cancún-Nizuc, y lo derribaron el desde el primer día de construcción.
Según relatos, los trabajadores al llegar a la mañana siguiente del inicio de la construcción vieron que los avances del primer día de la estructura del puente estaba derrumbado. Rápidamente dieron aviso a las autoridades para dar con el responsable de este acto criminal, sin embargo, nunca dieron con los responsables. Por segunda ocasión se dieron a la tarea de rearmar todas las estructuras para el levantamiento del puente, sin embargo, grande fue la sorpresa que al llegar al tercer día , de nueva cuenta todos los avances se encontraban en el piso. Para el tercer día los empleados decidieron montar guardia para evitar de nueva cuenta que el trabajo del día fuera saboteado, sin embargo, no contaban con lo que esa noche sucedería.
Ante el asombro y miedo de otros, veían como por la noche pequeños seres se daban a la tarea de derrumbar la construcción con sus manos y herramientas antiguas. Tal fue la impresión que a la mañana siguiente y después de relatar lo que habían visto, decidieron ir por un sacerdote para que bendijera el lugar, hasta que uno de los trabajadores les dijo a los demás que lo que vieron no eran duendes ni demonios, sino los Aluxes y al ser ellos los guardianes de los terrenos sagrados y no pedir permiso para la construcción de la obra, ésta no se terminaría. Después de escuchar esta explicación se decidió llevar a un sacerdote maya para que él pidiera permiso para que el puente de Nizuc-Cancún se pudiera levantar, ya con el permiso de estos seres, los albañiles trabajaron sin que se volviera a derrumbar la construcción.
Fue así, que se procedió a levantar una pequeña pirámide bajo esta construcción para tener un pacto con los Aluxes y los encargados de la construcción del puente.