Por su trabajo cotidiano, la mexicana Carmen Moreno, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres; es una de las personas que más conoce sobre feminicidio en América Latina y no duda en definirlo como “el principal problema para las mujeres en la región”.
“Es una de las cosas más graves que le pueden suceder a una mujer: morir por su género”; dice, y agrega que a su juicio el feminicidio es una forma de violencia anterior a otras que han llamado más la atención recientemente; como el narcotráfico o las pandillas.
Y aunque se sabe que en América Latina el índice es bastante alto, reconoce que existen serias dificultades para medir el fenómeno con exactitud.
¿Por qué es tan difícil cuantificar el feminicidio?
El problema principal es que no tenemos cifras confiables y comparables entre todos los países.
Algunos países sí dan las cifras. Otros las sacan de homicidios de mujeres; pero no se sabe si fue un homicidio por cualquier causa o si fue precisamente porque eran mujeres: no toman ese cuidado. Otros simplemente sacan homicidios de hombres y mujeres todos juntos.
No hay realmente cifras. Nosotros estamos emprendiendo un esfuerzo para identificarlas.
En Guatemala, por ejemplo, no las identifican y sabemos que el índice es bastante alto. Entonces estamos tratando de que hagan un desglose de los homicidios para saber cuándo es porque son mujeres y cuando es simplemente un homicidio en el que mataron a varias personas.
También hay países en que el feminicidio ni siquiera está tipificado como delito. O sea, simplemente no existe. Entra dentro de la cifra de homicidios; no está diferenciado. En otros países ya está la figura y hay penas especiales cuando lo consideran como un agravante del homicidio.
¿Cuán grave se calcula que es el problema en América Latina?
Es el principal problema para las mujeres en la región: el feminicidio, la violencia contra las mujeres. Por ejemplo, en el caso de México siete de cada diez han sido víctimas de violencia. En otros países son cinco de cada diez y en otros ocho.
Y la violencia es de muchas formas: incluye la psicológica, la económica… Entonces es la forma más fuerte de discriminación y violación de los derechos humanos. Es el gran problema que tienen las mujeres para realmente estar en pie de igualdad con los hombres.
El feminicidio es como la suma de todas las violencias. O sea, la violencia acaba en feminicidio. Es como la muestra de lo más grave que hay.
Que haya violencia contra las mujeres es un problema para el desarrollo y la seguridad nacional. Porque no podemos hablar de que tenemos un país con gran seguridad cuando las mujeres no pueden estar en su casa tranquilas y ahí las empiezan a golpear.
La seguridad empieza en la casa, sigue en la calle, el trabajo, la escuela. Y si usted está violentando a las mujeres en todas esas etapas; no tiene una sociedad con seguridad ciudadana o derechos humanos.
¿Dónde está focalizado el problema? ¿Es más grave en México y Centroamérica que en Brasil y Argentina, por ejemplo?
Es más grave en los países de Centroamérica. En Guatemala, Honduras… Por ejemplo, si en México tenemos más o menos tres mil muertas en un año y en Honduras 1.500, entonces imagínese que la proporción respecto de la población es brutal.
Ahora están sacando las cifras por 100 mil habitantes; y ahí es donde El Salvador salió en un estudio que hizo una ONG como el lugar más grave: tiene 12 muertas por 100 mil mujeres.
Es cierto que hay zonas donde es más grave, pero no tiene una relación exclusiva con la situación geográfica. En las zonas donde ha habido conflicto armado, como Guatemala o Colombia, por ejemplo, se acentúa bastante el tema de los feminicidios.
Pero Centroamérica también es una de las regiones más violentas del mundo, con todo el problema de las pandillas y el narcotráfico. ¿El feminicidio es parte del mismo problema o es diferente?
Es un problema diferente y previo a todo lo que está pasando ahora con pandillas y crimen organizado. La violencia contra las mujeres está ahí desde hace mucho. Y está en todo el mundo: también hay mujeres muertas porque son mujeres en Francia.
El problema es que es un tema que la gente quiere mantener invisible: no se habla mucho, porque es un problema social muy fuerte.
¿Cómo se explica que América Latina tenga estadísticas más altas que otras regiones?
Esto procede de lo que son las relaciones desiguales de género, de poder: esa idea ancestral de que los hombres son superiores a las mujeres, estos estereotipos que están muy extendidos.
¿Hay medidas que los países deban tomar para reducir el problema del feminicidio en la región?
La legislación ayuda mucho. Ayuda más que la impartición de justicia sea pronta y expedita. Más todavía que a los que son violadores, perpetradores de violencia los condenen y metan en la cárcel.
Cuando hay un homicidio tipificado como feminicidio, que esa pena sea mayor, porque entonces van a tener un poco más de cuidado.
También ayuda mucho la educación, la sociedad, los mecanismos de apoyo a las mujeres; que las mujeres puedan trabajar y entonces ya no tengan que depender de un hombre que las golpea.
Si usted evita que haya violencia, obviamente vamos a evitar que haya feminicidios, porque hay muchos que son consecuencia de una violencia que ya existía.