El diseño biofílico intenta incorporar elementos naturales en espacios urbanos o interiores para evocar a la naturaleza con el objetivo de ayudar a que las personas se sientan mejor y conecten nuevamente con el espacio.
Este tipo de diseño arquitectónico ayuda al bienestar de los ciudadanos, que se sienten en armonía con el entorno que los rodea. Aportando positivismo, tranquilidad, calma y energía, el diseño biofílico genera una arquitectura orientada a la felicidad.
Este tipo de diseño también ayuda a aumentar la productividad tanto en el trabajo como en el estudio, ya que permite controlar el estrés y potencia la creatividad.
Los tres puntos clave del diseño biofílico
Introducir elementos de la naturaleza
Consiste en la conexión visual y no visual con la naturaleza. Centrándose en estímulos sensoriales como olores, sonidos, gustos y sensaciones producidos por objetos propios de la naturaleza.
Esto se puede lograr con áreas de trabajo ubicadas junto a ventanales con vistas a elementos naturales como montañas, agua o cielo y, en lugares cerrados con la presencia de plantas o jardines verticales.
Se puede lograr un fin parecido al introducir sonidos de agua u olores naturales y con elementos estimulantes en movimiento, como cascadas.
Es muy importante tener contacto con aire fresco, ya sea a través de ventanas o de terrazas. Un aspecto importante, es la conexión biológica con los cambios estacionales, especialmente en ciudades en las que estos cambios no son tan marcados, que puedan percibirse con la introducción de plantas que crezcan o mueran según la estación del año.
Naturaleza análoga
Se trata de incorporar en la construcción la presencia de la naturaleza, imitando formas propias del entorno vivo y natural. Al mejorar la conexión con las formas de la naturaleza, como las plantas o los árboles también hay que trabajar con elementos artificiales que recreen estas formas.
Naturaleza del espacio
Consiste en priorizar los espacios abiertos en la construcción que proporcionen una sensación de bienestar y descanso, no solo se trata de incorporar plantas o elementos de madera, sino de crear espacios en los que los empleados o los usuarios quieran ir a trabajar. Una vista despejada da sensación de amplitud y libertad o creando zonas de relajación y lectura.
Hay que enfocarse en que los elementos estén balanceados creando espacios en los que la gente pueda sentir que conecta con la naturaleza en todos los sentidos, no solo incorporando elementos como plantas o agua sino también simulando la amplitud y libertad que se siente estando en espacios naturales.