Un display display publicitario tridimensional destinado a promocionar una película representa un ejercicio integral de comunicación visual aplicado al contexto real del entretenimiento.
Este tipo de proyecto, ofrece la oportunidad de vincular teoría y práctica para construir un artefacto visual que debe captar, informar, persuadir y coexistir dentro de un espacio comercial de alto tránsito. Su objetivo supera la simple decoración: se trata de un desafío donde la creatividad, la estrategia comunicativa, la función estética y los principios estructurales convergen en una solución tangible y profesional.

Display tridimensional para cine como experiencia profesional en comunicación visual
Desde su concepción, este proyecto se fundamenta en la comprensión del cine como espacio de experiencia emocional, donde la publicidad actúa como preámbulo narrativo. El display no solo anuncia una película; introduce al espectador en su universo anticipado, insinuando personajes, atmósferas y conflictos que invitan al consumo del producto audiovisual. En ese sentido, los estudiantes se enfrentaron a una tarea comunicativa que debía decodificar los valores narrativos del film y transformarlos en lenguaje visual tridimensional.
La etapa conceptual exigió un análisis profundo de la marca cinematográfica seleccionada, así como el entendimiento de su público objetivo.


Los estudiantes ejercitaron la construcción de insight, la determinación del tono visual y la selección de elementos simbólicos capaces de sintetizar la esencia de la película. Este proceso demandó no solo sensibilidad estética, sino pensamiento estratégico, pues el éxito comunicativo del display depende de su capacidad para ser memorable y relevante para los espectadores.
El desarrollo tridimensional del display
Posteriormente, el desarrollo del diseño materializó la relación entre composición visual y funcionalidad. La tridimensionalidad abre retos de emplazamiento: el display debe ser visible desde distintos ángulos, tener una jerarquía clara, evitar saturación visual y, al mismo tiempo, generar un impacto estético que motive al público a detenerse, observar e interactuar. Asimismo, implica pensar en escalas reales, proporciones humanas, accesibilidad y seguridad, elementos esenciales para que la pieza pueda existir dentro de un cine sin representar un obstáculo.

Finalmente, la construcción del display como prototipo o representación visual permitió a los estudiantes enfrentarse con la realidad profesional del diseño aplicado: iterar, corregir, optimizar y justificar decisiones con argumentos comunicativos y técnicos. Más que un ejercicio manual, el proyecto se convirtió en una experiencia interdisciplinaria donde el discurso visual se volvió tridimensional, estratégico y experiencial.

En conclusión, diseñar un display publicitario tridimensional para cine no solo fortaleció las competencias plásticas y proyectuales de los estudiantes, sino también su capacidad para concebir soluciones integrales basadas en análisis, intención comunicativa, estética efectiva y factibilidad estructural.

