¡La reducción de los gases de las centrales eléctricas de carbón aumentaría las precipitaciones en África!
Los gases emitidos en EE UU tienen un impacto directo sobre el clima muy lejos de allí. El dióxido de azufre generado durante décadas por los países más desarrollados habría trastocado el régimen de lluvias de otras regiones del planeta. En particular, un estudio muestra ahora que la progresiva reducción de este gas hará que llueva más allí donde más falta hace: en el Sahel africano.
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Con esos datos, Westervelt ha modelado la situación ideal de cero emisiones de SO2 en 2100. Los resultados, publicados en el Journal of Geophysical Research: Atmospheres, muestran un aumento de la precipitación media global de un 0,7% anual. No parece demasiada lluvia, pero los porcentajes regionales pueden ser mucho más elevados.
En EE UU, en particular el medio oeste, las precipitaciones podrían aumentar cerca de un 10%. Los beneficios de su reducción se extenderían fuera de sus fronteras. Cifras similares de precipitaciones extra se darán sobre el Atlántico Norte, el Ártico y el Sahel africano.
“Una reducción de los aerosoles en EE UU provoca un calentamiento local en el hemisferio norte, lo que conlleva un desequilibrio energético que la atmósfera debe ajustar”, explica Westervelt. En concreto, la circulación del aire en los trópicos, conocida como célula de Hadley, tiene que redistribuir una cantidad extra de energía para llegar al equilibrio. “Esto provoca un desplazamiento hacia el norte de la ZCIT desde la que procede toda la lluvia que cae sobre el Sahel entre los meses de mayo y septiembre”, añade el investigador estadounidense.
El dióxido de azufre enfría el planeta al impedir la radiación
solar y reducir la evaporación.
Esta franja de más de 4.500 kilómetros de larga que separa el desierto del Sáhara de la sabana africana sufre sequías periódicas que han provocado algunas de las hambrunas más terribles que ha vivido el planeta en el siglo XX. Pero el desplazamiento de la ZCIT en apenas 0,35º de latitud haría que la humedad de un mar más caliente se adentrara más y más al norte, alargando la temporada de lluvias.
Westervelt no cree que la retirada de su país del Acuerdo de París sobre el cambio climático vaya a echar por tierra sus cálculos. El dióxido de azufre no está dentro del acuerdo y aunque la industria del carbón protegida por Donald Trump sea la principal responsable de sus emisiones, es más fácil filtrar SO2 que CO2. Pero sí cree que la reducción de estas emisiones y su impacto en otras regiones es un buen ejemplo de “la responsabilidad que EE UU tiene para con el resto del mundo”.
Fuente: MIGUEL ÁNGEL CRIAD, http://elpais.com/elpais/2017/06/05/ciencia/1496640754_001719.html