El vitoriano muestra su poderío en la primera gran subida del Giro, en la que Juanpe López salva la maglia rosa. Victoria de Jai Hindley en el sexteto de cabeza.
El landismo, ese fenómeno tan difícil de explicar, entre la genialidad, y la desdicha, vivió en el Blockhaus uno de sus capítulos más auténticos.
Allí donde se dejó un Giro en 2017 por una caída provocada por una moto de televisión.
Mikel Landa se mostró poderoso y confiado, en las interminables rampas del coloso ¨13’9 kilómetros al 8,4% de media¨ en el que Eddy Merckx fue bautizado hace 45 años.
No ganó, ni siquiera rascó demasiado en la general e incluso tuvo un caída sin aparentes consecuencias antes.
Pero el vitoriano fue el hombre del día con permiso de Juanpe López, el pundonor hecho ciclista, de rosa un día más.
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