El Kamo’oalewa, es un asteroide poco conocido que orbita muy cerca a la Tierra, es un fragmento perdido de nuestro satélite natural, según un estudio publicado por Nature Communications Earth and Environment.
Es un asteroide relativamente pequeño
El Kamo’oalewa se considera como un cuasi-satélite, una subcategoría de asteroides cercanos a la Tierra que orbitan alrededor del Sol, pero permanecen relativamente cerca de la Tierra. Se sabe poco de estos objetos porque son débiles y difíciles de observar.
Se descubrió por el telescopio PanSTARRS en Hawái en 2016, y el nombre (que se encuentra en un canto hawaiano) se traduce como “El fragmento celeste oscilante“. El asteroide tiene aproximadamente el tamaño entre 45 y 57 metros de diámetro y se acerca hasta unos 1,4 millones de kilómetros de la Tierra.
Debido a su órbita, Kamo’oalewa solo puede observarse desde la Tierra durante unas pocas semanas cada abril. Su tamaño relativamente pequeño significa que solo puede verse con uno de los mayores telescopios de la Tierra.
Estos objetos celestiales ya se han detectado en múltiples ocasiones, pero es difícil estudiarlos por su tamaño pequeño y la oscuridad en la que se encuentran.
¿De dónde viene?
Un equipo de astrónomos dirigido por la Universidad de Arizona estudió el asteroide para tratar de dar una respuesta a su origen y descubrieron que el patrón de luz reflejada de Kamo’oalewa, llamado espectro, coincide con las rocas lunares de las misiones Apolo de la NASA, lo que sugiere que se originó en la Luna.
“Es muy improbable que un asteroide de los que se encuentran cerca de la Tierra se sitúe espontáneamente en una órbita casi satelital como este“.
Renu Malhotra, profesor de ciencias planetarias de la Universidad de Arizona.
La órbita del asteroide indica su origen lunar, no es típico de los asteroides cercanos a nuestro planeta, presenta una ligera inclinación, según Renu Malhotra.
El equipo aún no puede estar seguro de cómo puede haberse desprendido. La razón, en parte, es que no se conocen otros asteroides con origen lunar.
Hace falta seguir estudiando al asteroide
Después de tres años de investigación y observaciones, paradas el año pasado por la covid-19, fue que se pudo llegar a las conclusiones anteriores.
“Estas difíciles observaciones fueron posibles gracias a la inmensa capacidad de captación de luz de los telescopios gemelos de 8,4 metros del Gran Telescopio Binocular”
Al Conrad, coautor del estudio y científico del telescopio.
Son necesarios más trabajos de investigación para señalar los orígenes de estos cuasi-satélites, afortunadamente aún hay tiempo suficiente para hacer las observaciones, se ha determinado que el asteroide permanecerá en su órbita actual durante aproximadamente 300 años más antes de escapar al espacio.