El cartel de ‘We Can Do It!’ ha llegado a abanderar un hito histórico muy significativo en el desarrollo del papel de la mujer en la sociedad moderna, asociando a la mujer que muestra su puño en alto y el brazo arremangado, con la lucha por los derechos de las mujeres y los movimientos feministas.
¿Quién lo diseñó?
El cartel ‘We Can Do It!’ nació como poster propagandístico para mantener la producción industrial de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. Fue creado en 1943 por el diseñador gráfico estadounidense J. Howard Miller (1918–2004). Recibió el encargo de Westinhouse Electric, empresa que precisaba de mano de obra, como muchas otras, debido a que sus trabajadores habían cambiado su puesto de trabajo por el campo de batalla.
«We Can Do It!» (¡Podemos hacerlo!) asegura la protagonista del cartel sobre un llamativo fondo amarillo, vestida con uniforme de trabajo, un pañuelo rojo a lunares blancos a la cabeza y gesto desafiante.
El objetivo de este cartel sencillo pero con mensaje potente, era avivar la llama patriótica de las mujeres estadounidenses. La intención era conseguir que acudieran a trabajar a las fábricas donde realizarían labores que, hasta entonces, solo estaban reservadas para los hombres. (Como la producción de material bélico).
Howard Miller se inspiró en la imagen de Geraldine Hoff Doyle, una trabajadora de 17 años fotografiada en 1941 por la agencia UPI en la fábrica donde estuvo trabajando, la American Broach & Machine Company en Michigan.
La mujer del cartel
La mujer del cartel de Miller suele relacionarse con Rosie The Riveter (Rosie la remachadora), un icono y concepto de la mujer trabajadora estadounidense en la Segunda Guerra Mundial que apareció por primera vez en una canción escrita por escrita por Redd Evans y John Jacob Loebe en 1942. La letra cuenta cómo Rosie con su esfuerzo y su espíritu trabajador ayudaba a su país durante ese difícil periodo de guerra.
A pesar de que el cartel ‘We Can Do It!’ de Howard Miller estuvo solo un breve periodo de tiempo expuesto, su imagen ha trascendido en el tiempo. La imagen de una mujer trabajadora acompañada de tan rotundo mensaje, ha servido como símbolo de la emancipación laboral femenina que empezó a emerger en los años 60.
Si quisieras ver una de las reproducciones originales del cartel, tendrías que visitar el Museo Nacional de Historia Americana de Washington. Ya que allí se encuentra archivada.