La noción de “imagen conceptual” desempeña un papel fundamental en la era moderna de la comunicación y el marketing. Esta se construye a través de diversos canales de comunicación que transmiten conceptos clave sobre personas, marcas, empresas, servicios e instituciones a un público determinado.
Aunque la imagen conceptual puede estar influenciada por aspectos físicos, lo verdaderamente esencial radica en los conceptos que se transmiten a través de los mensajes. Esta perspectiva se erige como la base de toda comunicación efectiva.
Componentes
Se compone de dos elementos interdependientes: la dimensión física y la dimensión conceptual. La dimensión física engloba elementos visuales, como logotipos, colores, tipografías y elementos gráficos que forman parte de la identidad visual de una entidad. Estos elementos son cruciales para la identificación y el reconocimiento de la marca, pero no son suficientes por sí solos.
La dimensión conceptual es la parte más importante de la imagen conceptual. Aquí, se forja la percepción que las personas tienen de una entidad. La imagen conceptual se construye a partir de conceptos, valores, creencias y promesas que una marca o entidad desea transmitir. Esta parte es la que perdura en la mente de los receptores y constituye el núcleo de la comunicación efectiva.
Origen
La imagen conceptual no se limita a las comunicaciones directas, como la publicidad planificada o las relaciones públicas estratégicas. También se nutre de las comunicaciones indirectas, que pueden no tener como objetivo principal la comunicación, pero que, sin embargo, influyen en la percepción pública.
Un ejemplo claro de comunicación directa incluye piezas publicitarias, actos promocionales y estrategias de merchandising. Por otro lado, las comunicaciones indirectas son más sutiles. Estas surgen de la forma en que un servicio técnico responde a las necesidades de los clientes, el trato brindado por los empleados de una empresa (tanto favorable como adverso), el precio de un producto o incluso la eficacia de su distribución en el mercado. A pesar de que estos elementos no estén destinados específicamente a la comunicación, tienen un impacto significativo en la percepción pública.
La imagen conceptual es fundamental en el diseño gráfico por varias razones clave:
- Comunicación efectiva: Las imágenes conceptuales pueden comunicar ideas complejas o abstractas de manera más rápida y clara que el texto. En el diseño gráfico, transmitir un mensaje de manera rápida y efectiva es crucial, y las imágenes conceptuales son una forma poderosa de lograrlo.
- Memorabilidad: Las imágenes tienen una capacidad única para ser grabadas. Las imágenes conceptuales impactantes y bien diseñadas pueden dejar una impresión duradera en la mente de las personas, lo que las hace más memorables que las descripciones textuales.
- Diferenciación y originalidad: En un mundo saturado de información visual, el diseño gráfico con imágenes conceptuales originales puede diferenciar una marca, un producto o un mensaje de la competencia. Esto permite destacar y captar la atención del público.
- Conexión emocional: Las imágenes conceptuales bien ejecutadas pueden evocar emociones y conexiones emocionales con el público objetivo. Estas conexiones emocionales son poderosas para el compromiso y la retención de la audiencia.
- Universalidad: Las imágenes pueden trascender las barreras del idioma y la cultura. Un diseño visual sólido puede ser comprendido y apreciado por personas de diferentes orígenes, lo que lo convierte en una herramienta de comunicación universal.
- Creatividad y expresión: Las imágenes conceptuales permiten a los diseñadores explorar su creatividad y expresarse de manera única. Ofrecen la libertad de jugar con metáforas visuales, símbolos y representaciones artísticas para transmitir ideas abstractas.
Con base en estos criterios los alumnos de la materia Diseño Gráfico Contemporaneo crearon sus propias imagenes conceptuales creando su propio escenario para sus composiciones. En resumen, la imagen conceptual en el diseño gráfico es esencial porque tiene el poder de comunicar, conectar emocionalmente, diferenciar y dejar una impresión duradera en la audiencia, convirtiéndose en una herramienta clave para el éxito de cualquier mensaje visual.