Un piso (que comúnmente lo conocemos como departamento) histórico en pleno centro de Madrid responde a una visión personal del diseño depurado a lo largo de los años y al reto de ordenar un cosmos propio.
David Pastor, director creativo de la firma de interiorismo Rabadán, es dueño de dicho espacio. Lo primero que llama la atención al visitar la casa en la que vive David Pastor (Madrid, 50 años), director creativo de la firma de interiorismo madrileña Rabadán y antes director artístico y de compras de la mítica Batavia, es la cantidad de ambientes que conviven armónicamente en su interior, un auténtico universo ordenado y regido por él.
La experiencia de David Pastor
“Yo entiendo el diseño de interiores como la resolución de una serie de ejercicios de composición en tres dimensiones que tienen como objetivo final conseguir la plena usabilidad, es decir, que los espacios sean absolutamente cómodos y funcionales, además de bellos”, afirma Pastor. “Para mí es muy importante la presencia del vacío, sin preocuparme, incluso, de que algunos puedan ser incorrectos desde un punto de vista técnico, para generar tensión y aportarles a esos espacios un punto dramático, pero sin frivolidad ni juego”.
Y es que la seriedad —quizá fuese más apropiado decir “rigor”— es uno de los rasgos profesionales que identifican a Pastor, como demuestra su respetuosa consideración del espacio arquitectónico histórico a intervenir, ubicado en una casa noble del siglo XVI con sucesivas intervenciones, la del XIX proyectada por el afrancesado arquitecto mallorquín Alejandro Sureda a encargo del mismísimo duque de Alba. “No me puedo sustraer de la edificación original y por eso el proyecto debía recuperar su belleza inicial, pero respetando el paso del tiempo, sin tratar de abolirlo”, dice el propietario de la casa.
Pero volvamos al concepto de universo personal, cuya materialización fue el reto que empujó a Pastor a llevar a cabo un proyecto, con las características de éste piso, que ofrece como resultado la quintaesencia de su visión. Él, a las tres dimensiones de espacio y tiempo del cosmos, les suma en su universo doméstico una cuarta: la del promenade, o recorrido, disponiendo para ello ambientes y vacíos, texturas, materiales y acabados, piezas de diversas épocas, estilos y procedencias y una verdadera colección de arte, todo interrelacionado.
“No hay búsqueda de highlights”, explica, “sino que se trata de una selección de piezas escogidas que jalonan la historia del diseño contemporáneo, tanto sus iconos como otras no tan reconocidas, más algunas anónimas cargadas de alma, que, siguiendo la estela del espíritu de los tiempos, se impregnan de personalidad y encanto”.
Y, así, una butaca Pelican del maestro danés Finn Juhl, diseñada en 1940 y reeditada ahora en exclusiva por House of Finn Juhl, convive con un curtido sillón de cuero francés de principios del siglo XX encontrado en un brocante, una mesa auxiliar de cristal ochentera y el recién llegado taburete Rustic 02, de Simone Nicotra y Very Wood Ideas.
Sin olvidarnos del arte, esencial en la fórmula creativa de Pastor, que cuenta con obras de, entre otros, Moris, Pipo Hernández Rivero, Mateo Maté, Ángeles Agrela, Jesús Madriñán y Amparo Garrido, muchas de ellas compradas a su amiga Nerea Fernández en NF Galería. En suma, un verdadero universo único y personal. Así es un fabuloso piso.
Fuente: El país
Diplomado en Diseño de Interiores
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