El electroscopio fue inventado por el médico y físico inglés William Gilbert, quien se desempeñó como físico de la monarquía inglesa durante el reinado de la reina Isabel I. Construyó el primer electroscopio conocido en el año 1600, con la finalidad de profundizar en sus experimentos sobre cargas electrostáticas.
Un electroscopio es un dispositivo utilizado para detectar la existencia de cargas eléctricas en objetos cercanos. También indica el signo de la carga eléctrica; es decir, si se trata de una carga negativa o positiva.
Este instrumento está conformado por una vara metálica confinada dentro de una botella de vidrio, idealmente al vació. Esta vara posee dos láminas metálicas muy delgadas (oro o aluminio) conectadas en su parte más baja. A su vez, esta estructura está sellada con una tapa de material aislante, y en el extremo superior tiene una pequeña esfera denominada “colector”. La función del colector es “obtener la carga” del objeto que se acerca a él, si las laminas en su extremo se separan entonces el objeto posee una carga igual a la carga del electroscopio. En cambio, si las laminillas se juntan es indicativo de que el objeto tiene una carga eléctrica opuesta a la carga del electroscopio. La clave está en cargar el electroscopio con una carga eléctrica de signo conocido; así, por descarte será factible deducir el signo de la carga eléctrica del objeto que acerquemos al dispositivo.
En la imagen se puede observar a los alumnos del curso de Electónica y Electromagnetísmo, del departamento de Ciencias, verificando el funcionamiento de un electroscopio elaborado por ellos mismos con materiales de fácil acceso: un recipiente de vidrio, hilos de cobre obtenidos de un cable de calibre indistinto y láminas de papel alumunio. Esto aydua a comprender los conceptos de carga eléctrica y campo magnético vistos en la clase y que son necesarios para su formación como ingenieros.
Fuente: Lifeder