El solsticio de verano ha sido motivo de celebración y reconocimiento en diversas culturas a lo largo de la historia, manifestando la conexión profunda entre el ser humano y los ciclos naturales del cosmos.
¿Qué es el solsticio de verano?
El solsticio de verano es un fenómeno astronómico que marca el punto en la órbita terrestre en el que el Sol alcanza su máxima declinación norte en relación con el ecuador. En otras palabras, es el día en que el hemisferio norte recibe la mayor cantidad de luz solar durante todo el año.
En el hemisferio norte, el solsticio de verano marca el inicio de esta estación y se caracteriza por ser el día más largo del año, con más horas de luz solar que cualquier otro día. En contraste, en el hemisferio sur, el solsticio de verano marca el día más corto del año y el inicio del invierno.
Los días comienzan a acortarse después del solsticio de verano. Este es el día en que las personas experimentan la mayor cantidad de luz y luego los días se vuelven más y más cortos.
En la siguiente imagen puedes averiguar de una mejor manera su desarrollo:
ONU proclama Día Internacional de la Celebración del Solsticio
En 2019, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de junio como el Día Internacional de la Celebración del Solsticio, reconociendo su importancia como una encarnación de la unidad del patrimonio cultural y las tradiciones de siglos de antigüedad.
Las líneas de los Trópicos
Tanto el trópico de Cáncer como el trópico de Capricornio tienen una relación directa con el solsticio de verano, pues ambos son la línea imaginaria en la Tierra en la que los rayos del Sol son completamente verticales en el instante del solsticio, es decir, cuando el Sol se encontrará exactamente en el centro de la esfera de cielo visible cuando se produzca el solsticio y, por tanto, la sombra de cualquier objeto tendrá la componente longitudinal nula en dicha línea. Esto ocurre una sola vez al año por cada hemisferio, y también la igualdad en tiempo entre el día y la noche. Al hemisferio norte le corresponde el trópico de Cáncer y al hemisferio sur, el trópico de Capricornio.