Tlatelolco contado por las nuevas generaciones

“Nosotros como estudiantes, como juventud, estamos obligados a darle sentido a la muerte de los compañeros silenciados, asesinados. Que su memoria sea un ejemplo constante de la lucha conjunta contra la represión, sea de quien sea.” – Diego Ruiz Meza, estudiante de Ciencias Políticas

A lo largo de esta semana hemos estado recolectando las voces y opiniones de diferentes estudiantes en torno a lo sucedido en Tlatelolco en 1968. Aunque han pasado ya más de cinco décadas, la memoria de aquellos jóvenes sigue viva entre las nuevas generaciones; muchos estudiantes de hoy sienten la pérdida de quienes fueron reprimidos y asesinados como si se tratara de sus propios compañeros de clase, como si hubieran compartido con ellos las mismas aulas, los mismos sueños y las mismas esperanzas.

“La Plaza de las Tres Culturas, un símbolo de las tres épocas de México, se convirtió en el escenario de un “cuarto México”: el de la fragilidad y la sombra del contrato social. La matanza demostró que el progreso material es una farsa sin un progreso moral, revelando al Estado como verdugo de sus ciudadanos cuando se siente amenazado.” – Hugo Arce, estudiantes de relaciones internacionales

Ese lazo simbólico trasciende el tiempo: los recuerdan como amigos cercanos, como hermanos con los que aún se luchara hombro con hombro por un país más justo. La masacre de Tlatelolco no quedó en el pasado; se mantiene presente porque representa no solo un acto de violencia, sino también un intento de silenciar la voz de la juventud y sus demandas legítimas.

“”El 2 de Octubre no se olvida”, esa y otras fechas más donde los corazones del pueblo mexicano han sido vulnerados, donde las voces han querido silenciar. Pero este es un recordatorio de que debe seguir la lucha constante contra las injusticias y la represesión, una lucha que nos compete a todos y que jamás terminará hasta disipar el  coraje por un sistema funcional. Debemos sumar esfuerzos para seguir siendo portavoces contra estas desigualdades.” – Ivanna Pantaleón, estudiante de derecho

Hoy, a pesar de los avances sociales y del paso de los años, persisten las represiones contra los movimientos estudiantiles, las censuras a las manifestaciones y los intentos de acallar la protesta. Sin embargo, las nuevas generaciones saben que las luchas no se terminan: simplemente se transforman, se adaptan y encuentran nuevas formas de resistir y de exigir un mejor futuro.

“El 2 de octubre es un recordatorio constante de lo que el Estado está dispuesto a hacer con tal de hacer callar las voces que exigen justicia, mejor acceso a un derecho humano o incluso el acceso a la verdad, como estudiantes es nuestro obligación saber lo que ocurrió en la plaza de las tres culturas para asi no poder ni olvidarlo ni perdonarlo.” – Christina Montes de Oca, estudiante de relaciones internacionales

Recordar Tlatelolco es recordar que la memoria no se borra y que la justicia, aunque tarde, sigue siendo una causa por la cual pelear. 

“Puede pensar el gobierno que las voces de los estudiantes fueron silenciadas pero en realidad siguen resonando en cada rincón de México, en las marchas por los desaparecidos, cada 8 de marzo, cada que un joven o una joven se planta en las calles para exigir algo que se nos ha quitado. Esta fecha se conmemora con tristeza e impotencia, y nos recuerda que debemos seguir luchando, porque en México no vivimos libres, vivimos resignados.” – Mildred Velazco, estudiante de relaciones internacionales y economía.

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Por: Sofía Rodríguez Ocampo

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