El coltán y el cobalto tienen mucho en común. Ambos son relativamente escasos, indispensables en la fabricación de dispositivos electrónicos.
El presente y el futuro no solo del mercado de la electrónica de consumo, sino también del coche eléctrico, están íntimamente ligados a la disponibilidad de cobalto. Y en estas circunstancias no es necesario esforzarse lo más mínimo para intuir que las empresas que compiten en estos mercados tienen puestos sus ojos sobre las reservas de este metal tan codiciado. Esta es la historia de una de las materias primas que contribuyen a que nuestra vida sea como es actualmente.
Cobalto: qué es y para qué sirve
Lo primero que nos interesa saber es que el cobalto es un metal ferromagnético, y que, por tanto, tiene unas propiedades magnéticas similares a las del hierro. De hecho, si echamos un vistazo a la tabla periódica de elementos veremos que está colocado entre el hierro y el níquel, y esto significa que la estructura atómica, y, por tanto, las propiedades químicas de estos elementos, son similares. Tanto es así que un átomo de cobalto tiene solo un protón más en el núcleo, y también un electrón más orbitando en torno a este, que el hierro.
El vínculo que existe entre estos elementos va más allá de su estructura atómica y sus propiedades químicas. De hecho, el cobalto suele encontrarse junto al níquel, aunque es menos abundante que este último (se estima que en la corteza terrestre hay un 0,02% de níquel frente a solo un 0,001% de cobalto).
Además, su dureza y su resistencia a la tensión son muy similares a las del hierro y el níquel, lo que lo hace idóneo para intervenir en aleaciones que se usan en maquinaria industrial. Curiosamente, el cobalto también forma parte de la cobalamina, que no es otra cosa que la vitamina B12, por lo que también es esencial que esté presente, en pequeñas cantidades, en el organismo de todos los animales, incluidos nosotros, los seres humanos.
coltán, cobalto y el coche eléctrico
El crecimiento que con toda probabilidad experimentará el mercado de los vehículos eléctricos durante los próximos años, y la necesidad de dotarlos de baterías que tengan la máxima autonomía posible, no hará otra cosa que someter a más presión al mercado del cobalto. Nicolás Walewski, el consultor especializado en este ámbito de la firma Alken Asset Management, afirma que los vehículos eléctricos representarán el 20% del mercado total de automóviles en 2025.
Cuando esto suceda será necesario extraer 200.000 toneladas anuales más de cobalto que hoy en día para satisfacer las demandas mundiales de este mineral, lo que equivale a triplicar la producción actual. Este cálculo toma como punto de partida la aceptación de que, según Walewski, las baterías de un coche eléctrico requieren entre 8 y 12 Kg de cobalto.
Por supuesto, esta compañía estadounidense no es la única que ya cuenta con al menos una fábrica gigantesca de baterías con la capacidad de producir más de 1 GWh en células de iones de litio. Actualmente existen en todo el planeta más de dos decenas de megafactorías, que pertenecen a empresas como LG Chem, Foxconn, TerraE, CATL, Northvolt o SK Innovations, entre otras.
Fuente: Xataka
Ingeniería Industrial y de Sistemas de Calidad.
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