Optimus es básico y revela su intrincado funcionamiento interno en todo su esplendor sin pulir.
Cuando pensábamos que el proyecto Optimus de Tesla se estaba convirtiendo en una rutina de tareas y tareas de doblar camisas, Elon Musk nos lanzó una bola curva.
Un nuevo video, compartido por el CEO de Tesla en X (anteriormente Twitter), muestra a Optimus en su nuevo avatar Gen 2 en un estado nunca antes visto, caminando pero decididamente desvestido.
Antes tenía una elegante piel metálica. En cambio, nos ofrecen una mirada cruda, casi vulnerable, al esqueleto expuesto del robot, una maraña de cables y engranajes que forman su sistema nervioso y músculos.
El escenario es igualmente sencillo, una instalación de Tesla aparentemente ordinaria que contrasta marcadamente con la maravilla de la ingeniería que se pavonea por el pasillo
Detrás de escena
Este enfoque “detrás de escena” es más que una simple novedad visual. Sin duda, Musk es un movimiento deliberado para invitar al escrutinio, la colaboración y una comprensión más profunda del progreso del proyecto.
Las evidencias en sí es un tesoro para los entusiastas de la robótica. Vemos la compleja interacción de servos y actuadores, la intrincada danza de engranajes y motores que impulsan los huesos metálicos.
Es una clase magistral de coreografía robótica, expuesta para que el mundo la vea.
El paseo básico de Optimus puede no ser el espectáculo llamativo que esperamos de Tesla, pero es un mensaje poderoso.
Es una declaración de que el futuro de la robótica se está construyendo, no en salas de exposición refinadas, sino en talleres desordenados con cables expuestos y andares tambaleantes.
Y en esa vulnerabilidad, hay una belleza, una crudeza que habla del verdadero espíritu de innovación: un paso a la vez, expuesto y sin miedo.
Fuente: Infobae
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