Una nueva tecnología de interfaz cerebro-computadora puede descodificar el monólogo interior de un usuario, un avance que, según los científicos, puede ayudar a los pacientes con parálisis grave del habla a comunicar sus pensamientos.
La investigación, publicada en Cell, descubrió que la nueva interfaz cerebro-computadora (ICC) podía descodificar con éxito el habla interior de un usuario con una precisión de hasta el 74 %. Los científicos esperan que la nueva tecnología pueda ayudar a que las personas que no pueden hablar se comuniquen con mayor facilidad.

Una ICC utiliza sensores implantados en las regiones cerebrales que controlan el movimiento para descodificar las señales neuronales y traducirlas en acciones como el manejo de una mano protésica. Investigaciones recientes demuestran que las ICC pueden incluso descodificar intentos de habla en personas con parálisis. Cuando los usuarios intentan hablar activando los músculos implicados en la producción de sonidos, las ICC pueden interpretar la actividad cerebral correspondiente y convertirla en texto, aunque las palabras habladas sean ininteligibles.

La nueva tecnología
En el último estudio, los investigadores implantaron microelectrodos en la corteza motora (la región del cerebro responsable del habla) de cuatro participantes con parálisis grave debida a esclerosis lateral amiotrófica o a un derrame cerebral. Se pidió a los participantes que intentaran hablar o imaginaran que decían una serie de palabras. Los investigadores descubrieron que, aunque tanto el intento de hablar como el habla interior activaban regiones del cerebro que se solapaban y evocaban patrones similares de actividad neuronal, también eran lo suficientemente diferentes como para distinguirse entre sí con seguridad.

Los científicos observaron que estos últimos tendían a mostrar una magnitud de activación más débil en general. A continuación, utilizaron la inteligencia artificial para interpretar las palabras imaginadas.
Demostraron que su ICC podía descodificar frases imaginarias de un vocabulario de hasta 125.000 palabras con una tasa de precisión de hasta el 74 %.
La tecnología podía incluso captar el habla interior de los participantes, como los números cuando se les pedía que contaran los círculos rosas de una pantalla.

Fuente: El Pais

