Cuando pensamos en animación, es común imaginar producciones digitales llenas de efectos especiales o películas de estudio. Sin embargo, mucho antes de la llegada del cine y de la animación por computadora, existieron inventos que marcaron los primeros pasos hacia el movimiento en imágenes: el taumatropo, el zootropo y la linterna mágica. Estos artefactos no solo sirvieron como entretenimiento, también sentaron las bases de lo que hoy conocemos como animación.

El taumatropo: la ilusión de dos mundos en uno

Inventado en 1824 por el médico británico John Ayrton Paris, el taumatropo era un sencillo juguete óptico que consistía en un disco con una imagen diferente en cada lado, unido por dos cuerdas. Al hacerlo girar rápidamente, los dibujos parecían fusionarse en uno solo.
Este efecto se basaba en la persistencia retiniana, principio fundamental de la animación. Aunque rudimentario, el taumatropo enseñó al mundo que la mente humana podía percibir movimiento y continuidad donde solo había imágenes fijas.

El zootropo: el carrusel del movimiento

En 1834, William George Horner creó el zootropo, un cilindro giratorio con ranuras y dibujos secuenciales en su interior. Al observar a través de las ranuras, los espectadores veían las imágenes cobrar vida en un bucle continuo, como un personaje corriendo o un animal moviéndose.
El zootropo dio un paso más allá al introducir la animación cíclica, un concepto que se mantiene en las producciones modernas donde se repiten secuencias para generar continuidad. Además, acercó la experiencia colectiva, ya que varias personas podían disfrutar al mismo tiempo de la ilusión de movimiento.

La linterna mágica: el espectáculo precursor del cine

Mucho antes, en el siglo XVII, el científico Christiaan Huygens desarrolló la linterna mágica, un dispositivo de proyección que utilizaba luz y lentes para mostrar imágenes pintadas en placas de vidrio sobre una superficie.
Aunque no generaba movimiento real, los magos de linterna y showmen usaban trucos, cambios de placas y mecanismos móviles para crear ilusiones narrativas. Fue uno de los primeros intentos de contar historias con imágenes proyectadas, convirtiéndose en un claro antecedente del cine y la animación audiovisual.

Impacto en la animación moderna

Estos tres inventos demostraron que la combinación de imágenes fijas podía engañar al ojo humano y producir movimiento.

• El taumatropo introdujo la persistencia retiniana.
• El zootropo llevó a la idea de secuencias repetitivas que forman una animación.
• La linterna mágica inspiró el uso de la proyección para contar historias con imágenes.

Sin estos experimentos ópticos, la animación tal como la conocemos no existiría. Hoy en día, cada película animada, videojuego o efecto visual lleva un poco de la magia de estos inventos pioneros.

Fuente: Revista Amberes

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