El Chupa Chups, la popular bola de caramelo pinchada en un palito, fue creado por el confitero y empresario catalán Enric Bernat en 1958, y se convirtió en uno de los dulces más famosos y consumidos del siglo XX.
Historia
Enric Bernat no era ajeno al mundo de la confitería, debido a que su abuelo, Josep, había sido el primer fabricante de caramelos de España, así que desde muy pequeño Enric vivió rodeado de estos apreciados dulces. “Viví desde los nueve años lo que era una industria”, comentó en una entrevista ofrecida al diario El País en 1990.
En palabras de su creador (Enric Bernat), comerse un Chupa Chups era “como comer caramelos con un tenedor”. Y es que, cuando se comían un caramelo, los niños lo sacaban constantemente de su boca para exasperación de sus padres, a veces para guardárselo en el bolsillo, para observar fascinados sus colores o eran muy dados a extraer el caramelo de su boca con lo que, sistemáticamente, se ensuciaban las manos. Fue entonces cuando a Bernat se le ocurrió que unir un caramelo a un palito facilitaría que el niño degustara la golosina sin ensuciarse e incluso evitar algún que otro atragantamiento.
Entusiasmado, el empresario catalán decidió destinar todo el capital y la producción de Granja Asturias a la fabricación del nuevo producto. Pero sus socios no estuvieron muy conformes con el cambio de rumbo que proponía Bernat y, ante su desconfianza, este optó por emprender el camino en solitario.
Logo de Chupa Chups
En principio, el caramelo debía llamarse Gol, ya que relacionaba la forma redonda del dulce con un balón de fútbol que entraba en una portería, que era la boca del consumidor. Pero el nombre no tuvo el éxito esperado y al final se encargó a una empresa de publicidad de Barcelona una nueva denominación para el caramelo.
Surgieron las opciones de País y Rols, pero al final Bernat se decantó por la de Chups, que fue ampliamente aceptada, sobre todo debido a una intensa campaña publicitaria radiofónica (“¡Chupa un dulce caramelo, chupa, chupa, chupa Chups!”, decía la sintonía del anuncio).
En un principio el sabroso caramelo solo ofrecía siete sabores a un precio extremadamente caro para la época, una peseta cada caramelo. A pesar de ello, el nuevo Chupa Chups fue todo un éxito, ya que fue percibido por los padres como un producto de calidad, cómodo de comprar y por el que no había que esperar cambio a la hora de pagar.
Pero el nombre de Chups no acabó de solidificarse puesto que debido a la sintonía promocional antes mencionada la gente pedía un “Chupa Chups” en las tiendas y no un “Chups”. Ante esto, en 1963 Bernat decidió cambiar el nombre de la marca por Chupa Chups. En cuanto a la letra, en origen el logotipo de Chupa Chups había tenido dos tipos distintos, uno para Chupa y otro para Chups, pero ya en la década de los años ochenta se decidió unificar la tipografía de las dos palabras basándose en el logotipo de la famosa Coca-Cola.
Chupa Chups se vuelve un éxito mundial
El periodista y escritor Pancracio Celdrán señala en su libro “El gran libro de la historia de las cosas” (La Esfera de los Libros, 1995) que tras conquistar el mercado nacional con su Chupa Chups, el siguiente paso de Bernat era la conquista del público internacional. Según el autor, “en apenas una década ya se vendían más de 170 millones de unidades al año en Francia. Después vinieron las aventuras de Inglaterra, Alemania y el gran salto a los Estados Unidos”. El mercado asiático, con China a la cabeza, fue el último gran objetivo comercial de Bernat, y resultó todo un éxito.
En 1988, la empresa de Enric Bernat alcanzó los 20.000 millones de unidades vendidas en todo el mundo, y Chupa Chups incluso llegó a ser el primer caramelo en ser consumido por un astronauta en el espacio. Fue tal su impacto que llegó a la televisión. Por ejemplo, la serie norteamericana Kojak, en la que el actor Telly Savalas interpretaba a un peculiar detective, también ayudó a popularizar el consumo de esta golosina. También contribuyó a ello el entrador del F.C. Barcelona Johan Cruyff, que se convirtió en uno de sus más fieles consumidores tras dejar de fumar.
Conocido como paleta de dulce, chupeta o chupetín, colombina o lolly pop en Hispanoamérica, los Chupa Chups, así como su famosísimo logo, se han convertido con el tiempo en un icono del siglo XX. Tanta ha llegado a ser su importancia que incluso el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMa) ha incluido a la marca española en su colección de diseño industrial.