LiAlexis Viguié y Adrien Albisetti son dos franceses aficionados a la informática. Hace unos días un amigo les propuso un desafío: instalar un videojuego en el robot de cocina de Lidl.
El dispositivo se llama Monsieur Cuisine Connect y es la competencia low cost de la popular Thermomix. Viguié y Albisetti se pusieron manos a la obra. Pero al intentar hackear el dispositivo, encontraron algo que no esperaban: el robot de cocina contaba con un micrófono oculto. Además, tenía un sistema operativo que no se actualiza desde octubre de 2017.
Este hombre de 30 años vive en Rennes y acaba de terminar sus estudios de administrador de sistemas informáticos. Aunque ha usado poco el robot de cocina, afirma que “funciona muy bien”. Pero considera muy importante que se sepa “que la versión de Android es antigua y vulnerable a los piratas que podrían tomar el control del dispositivo y escuchar el sonido de ambiente a través del micrófono”. El riesgo, según sostiene, “es limitado”: “El acceso al micrófono y otras funciones vulnerables solo es posible cuando el robot está encendido, por lo que es importante pensar en apagarlo cuando no lo usamos”
El micrófono, según sostiene, está pensado “para futuras funcionalidades como el control de voz, tal y como ya sucede con otros electrodomésticos de características similares que también se comercializan en España”.
¿Que es Lidl?
El robot de cocina, diseñado en Alemania y producido en China por la marca SilverCrest, cuenta con una pantalla táctil de siete pulgadas y se conecta a Internet por wifi para descargar recetas. El robot de cocina se comercializa en muchos de los países en los que Lidl tiene presencia como el Reino Unido, Francia y Alemania. En España, es la segunda vez que se comercializa. El año pasado fue la primera y se vendieron 25.000 unidades, según la compañía. Este año se han puesto a la venta el triple de unidades y han podido adquirirse tanto por vía online.
Albisetti explica que “es peligroso tener un sistema operativo antiguo porque ya no se actualiza y existen muchas vulnerabilidades de seguridad”. Por ejemplo, señala que una persona que hackeara el robot de cocina podría “escuchar el micrófono, usar el robot como fuente de un ataque masivo o instalar programas maliciosos, por ejemplo, de minado de criptomonedas sin el conocimiento del propietario”.