¿La cocina es ciencia o arte? Olviden ese debate: el restaurante Spyce está cocinando un experimento culinario automatizado.
En el centro de Boston, este negocio comenzó gracias a la asociación de un grupo de veinteañeros e ingenieros en robótica del Massachusetts Institute of Technology (MIT). Con Daniel Boulud, un chef francés que ha ganado estrellas Michelin. El proyecto está fundado sobre la idea de que una comida satisfactoria puede tener más de ciencia que de espontaneidad.
Los fundadores del restaurante han reemplazado a los chefs humanos con siete máquinas cocineras que además limpian los platos en menos de tres minutos.
“Una vez que pides tu orden, tenemos un sistema que busca los ingredientes en el refrigerador y los vierte con las porciones adecuadas en un wok robótico, donde son agitados a 232 grados Celsius. Cuando el proceso de cocción está terminado, los woks se voltean hacia abajo para poner la comida en un plato. En ese momento, los platillos están listos para ser adornados y servidos”, explica Farid.
Spyce se presenta como “el primer restaurante con una cocina robótica que prepara platillos complejos”. La distinción hace referencia a “Flippy”, un robot que se dedicaba a voltear carnes de hamburguesa en un restaurante de comida rápida en California antes de ser suspendido temporalmente porque no trabajaba lo suficientemente rápido.
La experiencia culinaria en el restaurante comienza un poco antes de que los robots se involucren en el proceso. Cuando los clientes deben usar una pantalla táctil para crear sus platos personalizados (y biodegradables) que cuestan 7.50 dólares cada uno (unos 150 pesos). Los platillos incluyen grandes porciones de vegetales y granos, y tienen temas como Latino, Tai o Mediterráneo.
Mientras los alimentos se cocinan, el nombre del cliente aparece en una pantalla, arriba de la estación donde está su plato. Una vez que está listo, las máquinas se limpian a sí mismas con agua caliente antes de preparar la siguiente orden. Farid dice que decidieron colocar los robots a la vista de los clientes para eliminar cualquier desconfianza.
“No queríamos que una caja negra cocinara la comida”, cuenta Farid. “Queríamos que la experiencia fuese emocionante”. El lema del restaurantes es “Excelencia culinaria elevada por la tecnología”.
Spyce sí emplea a algunas personas, y ese es un dato que los fundadores se apresuran a enfatizar cuando explican su concepto. Hay un guía amigable que recibe a los clientes preguntando cómo va su día y los ayuda con sus órdenes, de acuerdo con Farid. Las personas preparan los ingredientes en la noche y un empleado se encarga de añadir los toques finales a los platillos, como semillas de calabaza, cilantro o queso de cabra.
Farid dice que los robots aportan eficiencia y reducen los costos de operación, pero evita dar detalles sobre las cantidades. Los robots mejoran la experiencia culinaria, según él, pero no la reemplazan, y declinó especular sobre si Spyce ha abierto la puerta para una revolución en la que los robots acaben con los empleos.
“Nuestro restaurante es realmente eficiente porque las personas se concentran en aquello en lo que realmente son buenas, y los robots manejan las tareas de grandes volúmenes. Al final del día, nuestro producto no es tecnológico, es una experiencia y una comida deliciosa”.
Fuente: INFOBAE
Ingeniería Mecánica Industrial
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