El grabado contemporáneo mexicano existe en el país hace año, pero hoy en día Sergio Sánchez encontró en el grabado una técnica de expresión de sentir y comenzó a especializarse en él.
Sergio asistió a talleres de litografía, grabado en relieve, xilografía, linóleo, entre otros. El artista se convirtió en el primero de su generación en presentar un grabado para una exposición académica.
Actualmente se hace llamar en sus redes sociales como Grabador 1976 y a continuación te presentamos el diálogo que comparte el grabador Sergio Sánchez.
¿Cómo encontró su estilo artístico y cómo lo definiría?
En mi obra gráfica solo intervienen los colores negro y blanco, así como puntos y líneas que generan efectos visuales. Desarrollo atmósferas y experimento con texturas a partir de haber observado las piezas del Taller de Gráfica Popular (TGP).
La crítica social, mis fijaciones, virtudes, alegrías, tristezas y defectos son componentes inherentes en mi trabajo.
Su proceso creativo
Observo a mi alrededor y si algo con lo que no me siento identificado o contento, lo hago realidad en mi obra.
Lo que me inspira a crear es la comida, mi gente, mi barrio, la nostalgia por el pasado, la muerte, la vida, el amor y el desamor. El mensaje principal en mi trabajo es la vida y el cómo la percibo día a día.
El grabado mexicano…¿Qué opina?
En las escuelas de artes nos dicen que el trabajo de José Guadalupe Posada y la Neográfica de los años 70 (hoy conocida como Gráfica Expandida) fueron los antecedentes relevantes para entender la historia de la gráfica en México; sin embargo, para mí, el Taller de Gráfica Popular fue el colectivo que detonó el estilo y temática en el grabado.
Hace 20 años este Taller era desprestigiado, renegaban de su fundador Leopoldo Méndez; pero ahora es un referente.